El sábado por la mañana el abuelo y yo nos dirigimos en su coche a la hípica. Robert Sinclair debería de estar ahí según lo acordado. Hoy, era el día en el que se decidiría el futuro de Trueno.
Durante el corto trayecto no pude dejar de reprocharme aquella caída. No podía quitarme de la cabeza lo que pudo haber sido y no fue.
El abuelo era consciente de mi estado de nervios, por lo que no habló en todo el camino. Antes de bajar del coche me dedicó una sonrisa que quise interpretar cómo "todo estará bien".
-Buenos días, Señor Evans, señorita O'Connor. -dijo Sinclair extendiendo su mano hacia mí.
-Buenos días.
-Vamos dentro, debemos hablar muchas cosas muchacho. -anunció mi abuelo con voz firme.
Una vez dentro de la oficina, el abuelo se retiró para preparar café mientras yo alcanzaba una botella de agua y me sentaba en la silla que había tras la recepción.
-¿Cómo se encuentra señorita O'Connor?. Una pena lo de su caída. -Dijo Robert con ironía.
-Mejor, gracias. Una verdadera pena, iba en cabeza cuando aquella jinete se cruzó de carril.
-¿Cuál fue su diagnóstico? Me ha sorprendido verla aquí está mañana en tan buenas condiciones.
-Un esguince de segundo grado en el tobillo derecho y contusiones en 4 costillas. Por lo demás estoy perfecta. -Aclaré sonriendo de forma falsa.
-Aquí tienes Robert, vamos a ir al grano. No quiero hacerte perder el tiempo. -Dijo mi abuelo de forma educada.
-Por supuesto. Vengo a hacer efectiva la venta de Trueno. Ya he informado de mis intenciones y del precio que busco a cambio del animal. Ahora sólo hay que esperar una oferta que me interese y por supuesto cuento con la hípica para permitir que cualquier interesado venga a ver a Trueno y pueda probar su valía.
-¿Estás seguro de tu decisión Robert? -preguntó mi abuelo cogiendo aire.
-Pero no es justo. Trueno entró en el podio. El sábado quedamos segundos, fue coronado. No es justo que haga efectiva la venta. -Exclamé con rabia.
-Caroline, por favor déjanos hablar...
-Señorita O'Connor, tiene usted razón, entraron ustedes en el podio clasificándose en el segundo lugar. Pero el segundo podio no lo pisaron, de hecho no llegaron a terminar la carrera lo que me demuestra no sólo su ineptitud para ser jinete si no el descontrol al que está sometido Trueno bajo sus órdenes.
-¿Qué? ¿Cómo puede decir eso? He mejorado sus tiempos, le llevé hasta el podio. No voy a permitir que me llame inutil cuando he hecho más que su anterior jinete en un tiempo récord. -Dije subiendo el tono con fuerza.
-Caroline, sal de la oficina. Es una órden. -Gritó mi abuelo.
-No le permitas hacer esto, no dejes que lo venda abuelo. Trueno debe estar aquí, con nosotros... -Supliqué antes de marcharme.
-¿Estás segura que puedes andar sin muletas? -preguntó Jack preocupado.
-Sí, los médicos dijeron que tenía que ejercitar el tobillo...
-Eso no significa que tengas que dar paseos largos por las colinas del pueblo.
-Jack, por favor. Estoy bien...
-Perdona... Yo sólo me preocupo por tí. -aclaró colocando su brazo encima de mis hombros.
-Mi abuelo dice que casi te mueres por mi culpa.
ESTÁS LEYENDO
INEVITABLES
RomansaDespués de 8 años Caroline viaja al pueblo de su madre para vivir con su abuelo. Seis meses en New Haven junto con su hermana pequeña serán suficientes para poner su vida patas arriba. Una casa nueva, un nuevo trabajo, nuevos amigos y Jack Burrows...