Mi relación con Cody se había enfriado bastante. Ya no estaba enfadado conmigo, pero aún así había distancia de por medio y muy poco tiempo para poder hablar. Aún así le prometí que vería su primer partido en los Chicago Bears. Estaba muy emocionado por su debut. A través del teléfono pude darme cuenta de sus nervios. Sabía que intentar tranquilizarlo, iba a ser algo imposible, pero me aseguré de contar con ayuda para este momento. En cuanto supe la fecha de su partido, me aseguré de decírselo a Sam y ella organizó a todo el grupo. Estaba segura que Cody no había invitado a ninguno de nuestros amigos a su debut, no lo hace porque cree que puede decepcionar a la gente que le rodea. Lo que no es capaz de ver con sus ojos, es que nosotros, sus amigos estamos siempre orgullosos de él.
No sólo por ser alguien que ha luchado por su sueño y ha conseguido entrar en un equipo grande de la NFL, sino también porque ha sido constante, decidido y muy pero que muy profesional. Nunca le he visto saltarse la dieta, siempre ha sido organizado para sus entrenos y partidos. Lo compaginaba a la perfección con el trabajo, que por cierto va a dejar después de su primer partido si todo va bien. Tampoco bebía alcohol, nunca. En todas las fiestas, él siempre era nuestro conductor y nos cuidaba a todos para que llegásemos a casa sanos y salvos. Pero sobre todo, siempre practicaba jugadas de sus mayores ídolos, no había día en el cuál no quisiera repetir alguno de los movimientos que hacían los futbolistas profesionales.
Sam me mandó una foto desde la grada del Soldier Field. Estaban todos ahí, con la camiseta de Cody del instituto Lincoln, la misma que yo llevo puesta ahora mismo. Raeni y yo también les mandamos una foto, quería que todos supieran que a pesar de no poder estar ahí, lo deseaba muchísimo.
Cuando quedaba menos de media hora para el partido, decidí enviarle la misma foto a Cody, para que supiera que realmente voy a ver el partido, que sepa que le apoyaré siempre, aunque esté en otro estado ahora mismo. No esperaba que contestara, me imagino que ya deben de estar calentando a estas horas.
Me sorprendió que el abuelo se sentara con nosotras en el salón a ver el partido. No le dije que jugaba mi novio, pero era obvio que él lo sabía. Raeni le estaba ofreciendo nachos con queso justo cuando la cámara enfocó en primera plana el rostro de Cody y los comentaristas hablaban sobre su reciente incorporación y la prometedora carrera que puede tener. Está muy guapo.
No se ha puesto el casco encima de la cabeza todavía, puedo ver sus ojos llenos de ilusión y temor a la vez. No puedo evitar sentirme orgullosa cuando le veo saludar al equipo contrario antes de dirigirse al centro del campo, dónde realizan el sorteo del saque inicial.
La equipación del equipo le queda cómo un guante. El color naranja de la camiseta resalta su palidez y puedo ver que se ha cortado recientemente el pelo. No le gusta llevarlo largo, se lo rapa varias veces al mes aunque nunca es al 0. Cuando se dirige al centro del campo junto a sus compañeros puedo distinguir con facilidad la camiseta con su apellido, Rogers y el número 21 en la espalda.
Después de cuatro cuartos, el partido ha terminado. Los Chicago Bears han ganado, 17-9 en concreto. El estadio entero está celebrando el éxito de su equipo mientras los jugadores saltan y se abrazan entre sí llenos de alegría.
El abuelo sigue delante de la tele observando la celebración. En algún que otro momento lo he visto comentar alguna que otra jugada, no conmigo, con él mismo creo. No sé si realmente entiende de fútbol o sólo comentaba por decir algo. La mayoría de las veces estaba de acuerdo con los comentaristas, aún así puedo decir que seguramente sabe más que yo sobre esto. No es que yo no sepa nada, al fin y al cabo he sido animadora de fútbol durante muchos años. No sólo veía los partidos, también los entrenamientos, que solían ser a las mismas horas que los nuestros.
Pero aún así, no soy capaz de describir de manera correcta cualquier tipo de jugada, por mucho que haya oído hablar a Cody de ello, o a nuestros amigos. Simplemente es cómo que mi cabeza no retiene del todo estos conceptos, y antes de quedar mal y liarla prefiero callarme y fingir que estoy de acuerdo con lo que sea que se esté diciendo.

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INEVITABLES
RomanceDespués de 8 años Caroline viaja al pueblo de su madre para vivir con su abuelo. Seis meses en New Haven junto con su hermana pequeña serán suficientes para poner su vida patas arriba. Una casa nueva, un nuevo trabajo, nuevos amigos y Jack Burrows...