26. La Marca del Caos

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Durante esos días, Lukas no dejó de hablar sobre el evento. La noche anterior, preparó meticulosamente todas sus cosas, deseando que el día fuera perfecto. Narcissa, por su parte, se acercaba a Sarah con frecuencia, expresando su satisfacción al ver que Draco finalmente estaba con una chica que consideraba digna de él. Aunque Narcissa podía ser estricta, mostraba una dulzura inusual con Sarah.

Tuvieron que salir bastante temprano para asegurarse de llegar a tiempo. A pesar de contar con un transporte adecuado, el lugar estaba abarrotado de gente, y la llegada resultó ser una tarea complicada. Lucius pasó la mayor parte del día conversando con altos funcionarios del Ministerio de Magia, incluido el propio Ministro. Mientras tanto, Draco, Sarah y Lukas disfrutaban del emocionante ambiente de los Mundiales de Quidditch. Aunque Sarah estaba allí principalmente por compromiso, la felicidad de su hermano le transmitía una sensación similar de disfrute.

Por la tarde, cuando comenzó el partido, se dirigieron al estadio donde el evento iba a tener lugar. Se esforzaron por encontrar sus asientos y, cerca de las escaleras, Sarah escuchó unas voces que reconoció al instante.

Lucius encabezaba el grupo, seguido por Lukas, y Draco caminaba de la mano de Sarah. Aunque estaban fingiendo una relación, se esforzaron por hacerla parecer convincente con el contacto físico. Muchos asistentes creyeron en la fachada.

—¡Cielos, papá, nos tocó hasta arriba! —exclamó Ron, quien estaba acompañado de su familia y amigos mientras subían las escaleras.

—Veamos el lado positivo —dijo Lucius, deteniéndose para burlarse al ver a Arthur Weasley cerca—. Si llueve, ustedes serán los primeros en enterarse.

Draco y Lukas se rieron, aunque Sarah tuvo que forzar su risa un poco más de lo necesario.

—Nosotros estaremos en el palco del Ministerio —agregó Draco, con una sonrisa desafiante al notar que Harry estaba con ellos—. Cornelius Fudge nos invitó personalmente.

—No presumas, Draco —lo reprendió Lucius, dándole un suave golpe en el pecho con su bastón. El gesto hizo que Draco se detuviera en seco, y Sarah hizo lo mismo—. Es gente sin importancia.

Sarah continuó observando a los Weasley y notó a Eileen caminando junto a Hermione. Eileen fijó su mirada en Sarah, y aunque intentó saludarla, al ver la mano de Sarah entrelazada con la de Draco, le resultó difícil. Un nudo se formó en su garganta y sus ojos se llenaron de lágrimas, como el otro día. Sin poder soportarlo, Eileen se dio la vuelta y se alejó rápidamente, tratando de evitar ver más.

Sarah, confundida por la reacción de Eileen, sabía que ella había malinterpretado la situación, pero no había tiempo para explicaciones. Con la emoción del partido a punto de comenzar, se concentraron en escuchar atentamente la bienvenida que daba inicio al evento.

Después de un rato, Sarah se sintió aburrida y decidió salir a caminar por las escaleras. El partido no estaba resultando ser nada emocionante, y al subir, se encontró con Hermione y Eileen en un rincón. Eileen estaba sentada, con las manos cubriéndose la cara, y Hermione estaba de pie a su lado, escuchando con atención.

—Soy una torpe, Hermione —lloriqueaba Eileen, su voz rota por la tristeza—. Debí decirle lo que sentía aquel día, pero no tuve el valor suficiente.

—No, seguramente todo esto es un malentendido. Debe haber una explicación —intentaba consolarla Hermione, con tono tranquilizador.

—Estoy segura de lo que vi —respondió Eileen, sus lágrimas fluyendo sin cesar—. Draco tenía su mano entrelazada con la de Sarah y no la soltó ni un minuto. Me siento burlada, viéndolos juntos mientras yo solo podía observar desde la distancia.

Our Safe Place | Severus SnapeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora