45. Prefecta por Sorpresa

10 2 0
                                    

El regreso a clases estaba cada vez más cerca. Sarah sentía una mezcla de emoción y temor, sobre todo porque ese año tendría que enfrentarse a los TIMOS, y no se sentía para nada preparada. Las cartas de Hogwarts ya habían llegado, pero junto a ellas, Sarah recibió una carta especial que no la hizo muy feliz: había sido elegida como prefecta de Slytherin. ¿Cómo alguien tan caótica como ella podría ser prefecta? Se sentía profundamente frustrada consigo misma; no creía estar a la altura del cargo. Pensar en guiar a los estudiantes de primer año hacia la sala común la aterraba, especialmente porque odiaba hablar en público. Eileen intentó calmarla de mil maneras, pero nada lograba disipar sus nervios. Solo el inicio del curso pondría a prueba a Sarah, aunque Eileen, que también había sido seleccionada como prefecta, parecía estar totalmente tranquila. Sarah la envidiaba por eso; le gustaría tener esa serenidad.

El día finalmente llegó, y los nervios de Sarah estaban en su punto máximo. No quería ser prefecta, y estaba convencida de que quien la había seleccionado debía esconderse, porque si lo encontraba, no dudaría en enfrentarlo. En el andén, mientras esperaban para abordar el tren, Sarah se lamentaba de tener que ir al vagón de prefectos. Lo único que la consolaba era que al menos estaría con Eileen.

Una vez dentro del tren, Sarah se limitó a mirar el paisaje que desfilaba ante sus ojos. Estaba tan nerviosa que su piel había palidecido visiblemente. Estaba rodeada de personas a las que apenas conocía, y eso solo aumentaba su ansiedad. Hermione, al percatarse de su nerviosismo, intentó conversar con ella, pero Sarah le respondía de forma cortante, sin quererlo realmente. El viaje hacia Hogwarts nunca se le había hecho tan largo y pesado. Afortunadamente, el trayecto en los carruajes fue mucho más breve.

Al llegar al castillo, solo quedaba la cena antes de que ese largo y angustioso día terminara. Sarah se sentó junto a Draco y su hermano Lukas, quienes escuchaban a Malfoy narrar con entusiasmo sus vacaciones. Aunque ya había hablado del tema con Sarah en el tren, Malfoy parecía no cansarse de repetirlo. Mientras ellos conversaban, Sarah observaba a Snape, cuya mirada se desviaba constantemente entre ella y Eileen. Al lado de Snape, una mujer baja, vestida de rosa y con cara de sapo, captó la atención de Sarah. Intuía que esa sería la nueva profesora de Defensa Contra las Artes Oscuras, y estaba deseando ver la reacción de Snape cuando Dumbledore anunciara oficialmente que ella ocuparía el puesto que él tanto ansiaba.

—Buenas noches a todos —comenzó Dumbledore, poniéndose de pie para dar su tradicional discurso de bienvenida—. Este año tenemos dos cambios en el personal docente. Por favor, denle una cálida bienvenida a la profesora Grubbly-Plank, quien se hará cargo de la clase de Cuidado de Criaturas Mágicas mientras el profesor Hagrid está de vacaciones.

En la mesa de Gryffindor, Eileen, Harry, Ron y Hermione intercambiaron miradas de preocupación, aunque sabían que hablarían de ello más tarde. Mientras tanto, en la mesa de los profesores, la tensión era palpable.

—También, me complace presentar a nuestra nueva profesora de Defensa Contra las Artes Oscuras, Dolores Umbridge.

El anuncio fue recibido con un aplauso educado pero poco entusiasta. Eileen y Sarah intercambiaron miradas de confusión, mientras McGonagall y Snape, sentados cerca de Umbridge, parecían incómodos.

—Seguramente todos ustedes, al igual que yo, desean lo mejor para nuestra nueva profesora —continuó Dumbledore, con su habitual tono entusiasta—. Como siempre, nuestro celador, el señor Filch, me ha pedido que les recuerde...

Antes de que pudiera terminar, Umbridge levantó su bolso del suelo y lo colocó sobre la mesa, interrumpiendo el discurso de Dumbledore. El Gran Comedor se sumió en un silencio absoluto. McGonagall y Snape le lanzaron miradas severas, pero Umbridge no pareció notarlo. Se levantó con decisión y avanzó hacia el podio, colocándose frente a Dumbledore como si tuviera algo de suma importancia que decir.

Our Safe Place | Severus SnapeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora