5. Batalla Silenciosa

47 2 0
                                    

Sarah sintió la tentación de negarse, pero conocía a Snape lo suficiente como para saber que cualquier queja solo empeoraría su situación. Los dos se dirigieron al despacho del profesor, y al entrar, Snape le ofreció un asiento. Parecía que Snape quería reprenderla antes de asignarle alguna tarea, pero Sarah prefería que la pusieran a hacer algo. Si comenzaba a hablar, sus respuestas podrían ser menos que corteses, y no era el momento para conflictos.

Como era de esperar, Snape empezó a discutir con ella. Sarah, incapaz de mirarlo a los ojos, luchaba por contener su frustración. Su paciencia se agotaba, y si Snape seguía extendiendo el tema, no dudaría en contestarle con dureza.

No puedes actuar como si nada hubiera pasado. No está de más recordarte que soy tu profesor y jefe de tu casa.

—Como si fuera otro profesor cualquiera. Como mencioné, puedo ganar muchos más puntos de los que perderé por esto, si es que eso le preocupa.

—Así que esto lo haces por puntos y por orgullo...

—Lo hago porque quiero. Los puntos no me importan y mi orgullo está por los suelos. Lo único que me importa es el conocimiento.

—Entonces no te importará estar castigada una buena temporada.

—No tiene razones para hacerlo.

—Claro que sí, eres demasiado insolente...

—Déjeme adivinar... ¿Me va a castigar sólo porque piensa que soy insolente?

—Eso y porque claramente no aceptas la autoridad que tengo como tu profesor.

—Claro que la acepto, pero que usted sea mi profesor no le da derecho a meterse conmigo. No soy como Longbottom para que me humille.

—Una semana... No hagas que se vuelvan dos.

—Como si fuera un mes. Me da exactamente igual.

—Entonces serán dos meses.

—¿Y por qué no dos meses y medio, ya que estamos?

—Si insistes, te daré tres. No creo necesario castigarte todo el año.

—Bien, si así lo desea. Este castigo no resolverá nada para ninguno de los dos; solo traerá más problemas.

—Tengo asuntos más interesantes que atender que estar pendiente de ti todo el tiempo. Pero parece que no eres lo suficientemente madura para aceptar un castigo. Veremos cómo te comportas durante estos días...

Las semanas transcurrieron, y el castigo que Sarah debía cumplir todas las tardes con Snape parecía interminable. Aunque aceptó el castigo sin protestar, pronto comenzó a arrepentirse. Las tareas que le asignaba eran monótonas y aburridas. La mayor parte del tiempo, Snape la hacía limpiar o repasar pociones que ya conocía, y no encontraba nada nuevo ni desafiante en sus tareas. Reconociendo su potencial, Snape le asignó trabajos más complejos, pero, a pesar de la dificultad, Sarah los realizaba con una facilidad desconcertante. Snape estaba impresionado y alarmado por su habilidad, pero las constantes discusiones entre ellos continuaban debido a la actitud desafiante de Sarah.

 Snape estaba impresionado y alarmado por su habilidad, pero las constantes discusiones entre ellos continuaban debido a la actitud desafiante de Sarah

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Our Safe Place | Severus SnapeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora