6. Heridas Ocultas

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La ayuda llegó casi de inmediato, y los heridos fueron llevados rápidamente al hospital de la escuela. Harry recibió muchas visitas y obsequios, celebrando su éxito al evitar que Voldemort se apoderara de la piedra. Ahora era el héroe indiscutible, y todos querían felicitarlo. En contraste, Sarah solo recibía visitas de Draco. Aunque él parecía estar enojado con ella, en realidad, su mal humor escondía una profunda preocupación por su bienestar y su deseo de que no desperdiciara su potencial.

Sarah pasó más tiempo en el hospital que Harry debido a sus lesiones más graves. Su espalda estaba en un estado crítico, y la señora Pomfrey estaba perpleja ante el daño que había sufrido. Comparado con Ron, quien había padecido lesiones similares, Sarah requería cuidados especiales.

Mientras Dumbledore visitaba a Harry, Snape hizo su aparición para ver a Sarah. Aunque no fue por iniciativa propia, Dumbledore había sugerido la visita. Sabía algo que solo Sarah conocía, pero no se lo explicó a Severus; simplemente le indicó que, cuando la joven estuviera lista, ella misma le revelaría la información. Snape no quería perder la oportunidad de hablar con su mejor alumna y se preocupaba por ella, no solo por el potencial que veía en ella, sino también por el afecto que había desarrollado. Sin embargo, sabía que el hospital no era el lugar ideal para hacer preguntas, y temía que Sarah pudiera no responder.

Afortunadamente para el profesor, Sarah despertó justo cuando él llegó. Ella lo miró con sorpresa y cierta aversión, claramente incómoda por la presencia de su último profesor favorito. Aunque Sarah estaba confundida por la visita, no pudo evitar preguntarse por qué estaba él allí y qué quería saber.

—¿Qué le trae por aquí, profesor? ¿No me dijo que tenía cosas más interesantes que hacer que estar pendiente de mí todo el tiempo? —Sarah esbozó una sonrisa, disfrutando de la provocación. Encontraba una mezcla de diversión y terror en la forma en que Snape se enfurecía.

—Mi deber es asegurarme que no te metas en problemas. Además, he hablado con la señora Pomfrey y, como jefe de tu casa, me ha informado sobre algunas heridas que no coinciden con lo que ocurrió esa noche. Aunque mis preguntas son diferentes. Me gustaría saber qué hacías allí, considerando que normalmente evitas involucrarte con esos estudiantes...

—Simplemente me pidieron ayuda y decidí prestársela. Es tan simple como eso, profesor.

—Ahora explícamelo. ¿Cómo te causaste todas esas heridas?

—¿Y por qué debería? No me las hice aquí, en el colegio no tiene por qué preocuparse por eso.

—No te engañes, sí me concierne, aunque no lo creas. Potter no tiene que ser siempre el centro de atención.

—Quizás sí. Potter importa a mucha gente, en cambio, yo no le importo a nadie.

—Permíteme discrepar. Tuviste algunas visitas...

—Pero seguramente Potter recibió muchas más. No sé quién podría querer ver a alguien como yo.

—Te lo diría, pero prefiero no revelar más de lo necesario. En cuanto te den el alta, regresa al comedor; hay algunos anuncios que deben hacerse antes de que termine el año...

—¿Podría quedarse un momento más aquí, profesor? Aunque esté mal acompañada, al menos tengo alguien con quien hablar... Y seguro que no tardaré en salir de aquí.

—¿Te preocupa que al final terminen expulsados?

—No voy a responder a esa pregunta —dijo Sarah, consciente de que su respuesta podría traerle problemas. Optó por lo que consideró una respuesta "inteligente"

—Este año no, pero si continúas relacionándote con ellos, es probable que enfrentes los mismos problemas. No deberías asociarte con Potter ni con Stark. Sé que intentas evitar más complicaciones.

Our Safe Place | Severus SnapeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora