50. Lazos que Duelen

8 1 0
                                    

El tiempo pareció detenerse hasta que fueron interrumpidas por un sonido inesperado. Lukas, que había estado buscando a su hermana, entró a la sala. Sorprendido al verlas juntas, aclaró la garganta para anunciar su presencia. El gesto funcionó; ambas se separaron rápidamente, aún sin haber procesado del todo lo que acababa de suceder.

—Sarah, ven conmigo —ordenó Lukas, visiblemente molesto.

Sarah no se movió. Eileen intentó decir algo, pero Lukas la interrumpió antes de que pudiera hablar.

—Tú cállate, Stark. Sarah, no te quedes ahí parada, ¡ven ya!

Sin más opción, Sarah obedeció. Por primera vez en su vida, le tuvo miedo a su hermano. Su expresión era tan tensa que parecía que podría golpear a Eileen en cualquier momento. Sarah se apresuró a seguirlo mientras él la guiaba a un pasillo solitario donde pudieran hablar sin interrupciones.

—No quiero que te juntes más con Eileen —exigió Lukas, su voz impregnada de furia contenida.

—¿Qué? ¡Pero en verano me dijiste lo contrario! —protestó Sarah, sin entender.

—He cambiado de opinión. ¿De verdad crees que no sé lo que está pasando entre ustedes? ¿Crees que en Hogwarts no corren rumores?

El rostro de Sarah palideció de inmediato, como si la vida se le escapara en ese momento.

—¿Qué rumores? —preguntó con un hilo de voz, temerosa de la respuesta.

—Que lo de los uniformes fue alguna clase de apuesta —respondió Lukas, lo que hizo que Sarah soltara un suspiro de alivio—, pero yo sé perfectamente lo que en realidad pasó. ¿Por qué saliste de la sala común exactamente a medianoche?

—Fui a buscar la Sala de Menesteres, ¿qué más ibas a pensar? —intentó explicar, pero sabía que ya era demasiado tarde.

—Sí, claro... —dijo él con sarcasmo—. Y supongo que la encontraste y la usaste bien, ¿verdad

Sarah se quedó en silencio. Sabía que Lukas llegaría a esa conclusión tarde o temprano, pero deseaba que no fuera tan evidente. Su hermano estaba furioso, pero ella sabía que tenía que explicarse.

—Mira, es algo normal, ¿no? —intentó calmar la situación—. Y nunca dije que lo necesitara. Para mí, eso no es lo más importante, pero lo hice porque estoy enamorada de Eileen, de verdad.

Lukas la miró, su furia vacilando por un momento.

—Haz lo que quieras, Sarah. No te voy a decir nada más... —dijo él, con una resignación que parecía extraña viniendo de él.

—¿Te da envidia que esté con ella? —indagó Sarah, con una pizca de curiosidad. Sabía que su hermano tenía un lado protector, pero quería entender mejor su reacción—. Sé que es eso, pero no tienes que exagerar tanto... —se acercó y le puso una mano en el hombro—. Vamos, Lukas, sabes que te quiero más que a ella.

—No digas tonterías —respondió él, dándole la espalda, pero su voz ya no sonaba tan firme.

—Es la verdad —dijo Sarah, con toda la sinceridad que pudo reunir—. Siempre he cuidado de ti, y si crees que no te quiero más que a nadie, estás equivocado. Te quiero más que a papá...

Lukas se quedó quieto por un momento antes de girarse hacia ella. Sus ojos ya no tenían esa furia de antes. Finalmente, la abrazó con fuerza.

—Perdóname por comportarme así. Supongo que fue una tontería... Debería haberlo superado ya —dijo, casi con arrepentimiento.

—A veces me gustabas más cuando no eras tan maduro —dijo Sarah, esbozando una sonrisa, intentando romper la tensión.


Our Safe Place | Severus SnapeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora