3. Entre Rivales y Sombras

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Durante las siguientes semanas, todo transcurrió con bastante tranquilidad. Los horarios de las clases les permitían a Sarah y Eileen coincidir con frecuencia. Sarah siempre se mantenía concentrada en sus estudios, participando activamente en clase y ganando puntos para su casa, a menudo compitiendo con Hermione. Por las tardes, pasaba varias horas investigando en la biblioteca antes de regresar a su sala común para descansar.

Los profesores notaron el talento de Sarah, destacando su dedicación y su constante esfuerzo por superar a sus compañeros. Era raro ver a una alumna de su edad tan enfocada en ser la mejor de la clase. Su obsesión con repasar y tomar notas llamaba la atención, aunque también generaba cierta inquietud entre los docentes.

En contraste, Eileen solo dedicaba la atención suficiente para no cometer errores y pasaba un par de horas por la tarde estudiando, ya que tenía otras preocupaciones más importantes. A pesar de no repasar al nivel de Sarah, Eileen se destacaba en clase. Los profesores le decían que, si dedicara más tiempo, podría lograr aún más.

El ambiente en el colegio se volvió más competitivo después de que Harry y Eileen se unieran al equipo de Quidditch de su casa. Durante una clase de vuelo, demostraron un buen control sobre sus escobas, especialmente después de que Malfoy causara problemas al tomar algo que pertenecía a Neville, quien acabó en la enfermería. No todos los estudiantes tenían la misma habilidad para volar.

Sarah, por otro lado, no tenía habilidades destacables en vuelo. Montar una escoba y hacer piruetas en el aire le parecía absurdo y poco interesante. Lo que realmente la molestaba era que Neville estuviera en el hospital. Aunque lo visitaba en secreto, temía que Draco se enterara y le hiciera la vida imposible. A pesar de la aparente distancia, Sarah seguía siendo amiga de Neville, y nada, ni siquiera Draco, iba a cambiar eso.

Cuando Neville finalmente pudo salir del hospital, pasó una tarde con Sarah. Disfrutaron mucho de su tiempo juntos, reforzando la amistad que habían comenzado durante su viaje en el tren. Decidieron ir al Gran Comedor, a pesar de que Sarah lo consideraba algo arriesgado. Su preocupación resultó fundada cuando descubrió que Malfoy y sus amigos estaban presentes. Neville se puso algo nervioso al verlos, lo que alertó a Sarah sobre la presencia de sus rivales.

—¿Qué te pasa, Neville? —preguntó Sarah, mientras sentía la mirada fija de Draco sobre ella. Él estaba dispuesto a acercarse, pero se encontraba inmerso en una conversación con Crabbe y Goyle.

—Son ellos, nos están mirando desde hace rato...

—¿Ellos? No sé quiénes son, pero no les hagas caso —respondió Sarah, intentando disimular su creciente nerviosismo.

—Son de tu casa, seguro que los conoces...

Sarah se giró para ver a quiénes se refería. La visión de Draco y sus compañeros le provocó una oleada de incomodidad. Su nerviosismo aumentó al ver que Draco comenzaba a acercarse.

—Mejor me voy, no quiero problemas —dijo Neville, empezando a levantarse.

—No, Neville. Quédate aquí, la cosa es conmigo —Sarah se levantó y se dirigió hacia Draco, que aún no había llegado al lugar—. No te metas conmigo por juntarme con un Gryffindor...

—¿No te da asco? Y estás hablando con el más patético de todos, me sorprende que aún esté en el colegio —Draco la miró con desafío.

—En realidad, es una buena persona. Que sea patético no significa que sea malo. 

—Claro que es malo. Eres Slytherin, y tu apellido no es cualquiera. No deberías juntarte con él si sabes lo que te conviene.

—Mi apellido es más que cualquiera, especialmente si es el de mi padre.

Our Safe Place | Severus SnapeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora