37. Verdades Reveladas

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Después de la prueba, decidieron no publicar los resultados y mantener todo en el más estricto secreto. Rita Skeeter, por su parte, continuaba escribiendo sobre el estado perturbador de Sarah, sugiriendo que la situación era insostenible.

Mientras tanto, Eileen observaba a Sarah con creciente preocupación. Aunque sabía que las notas de Rita eran exageradas, empezaba a dudar de su propia percepción. Eileen estaba convencida de que Sarah era una persona compleja pero no necesariamente peligrosa, aunque ahora se encontraba sin argumentos claros para defenderla. La angustia de Sarah por obtener respuestas la llevó a decidir que enfrentaría a Eileen antes de la tercera prueba, dispuesta a correr el riesgo de preguntarle lo que necesitaba saber.

Una mañana, durante el desayuno, Sarah aprovechó la oportunidad para hablar con Eileen. Sabía que no sería fácil, pero había decidido usar el pequeño frasco de Veritaserum que había tomado con la esperanza de obtener respuestas rápidas. Confiaba en que Snape no se enteraría, o de lo contrario recibiría un fuerte regaño.

Eileen se había levantado para hablar con Cedric, una acción que no era sorprendente. Sarah vació la mitad del frasco en el jugo de Eileen, y tras dudar un momento, vació el contenido restante, esperando que esto acelerara el proceso. Afortunadamente, nadie notó lo que hizo, pues la sala estaba abarrotada de estudiantes. Cuando Eileen regresó y bebió el jugo, Sarah esperó con ansias que el Veritaserum hiciera efecto sin que Eileen hablara con nadie.

Más tarde, Sarah encontró a Eileen en un pasillo vacío. Su voz temblaba al iniciar la conversación.

—Hola, Eileen —dijo Sarah con timidez—. Necesito hablar contigo en privado. ¿Puedes venir un momento?

—Claro. Estaba esperando que vinieras —respondió Eileen, con una expresión de arrepentimiento momentáneo por lo que acababa de decir.

Sarah la tomó de la mano y la condujo a un pequeño escobero en un pasillo apartado. Con un hechizo de "Fermaportus," cerró la puerta detrás de ellos, asegurando privacidad.

—Entonces —empezó Sarah, mirando a Eileen fijamente—, ¿de verdad amas a Cedric?

—Claro que no, solo estoy intentando olvidar los sentimientos que tengo por ti —respondió Eileen, confusa por la pregunta.

—¿En serio? —preguntó Sarah, intentando mostrar sorpresa— ¿Hay alguien más a quien quieras además de él?

—Claro que sí, pero... —Eileen la miró a los ojos—. ¿Por qué estoy diciendo todo esto?

Sarah ignoró la pregunta de Eileen y continuó:

—¿A quién quieres además de Cedric?

—A ti... —Eileen miró hacia abajo, nerviosa y claramente incómoda con la revelación.

—¿Estás segura? Entonces, ¿por qué te fuiste con Cedric y no conmigo?

—Necesitaba de alguna manera olvidarme de ti y él me demostró cariño, cosa que claramente nunca me demostraste. Pero ahora mismo no me siento bien aquí. ¿Tienes calor? Yo estoy sudando —dijo Eileen, tragando en seco y comenzando a caminar nerviosamente en el reducido espacio—. Deberíamos irnos ya. No deberías saber esto y yo estoy hablando demasiado...

Eileen se detuvo cerca de Sarah. La tensión en el aire era palpable, y Sarah estaba a punto de alejarse, pero Eileen parecía decidida a tomar la iniciativa. Los segundos pasaban y ninguna de las dos se movía hasta que Eileen dio el primer paso y besó a Sarah. Era la primera vez que Sarah experimentaba algo así, y su respiración se volvió errática por los nervios. Sin darse cuenta, respondió al beso con igual intensidad, lo que provocó que la respiración de Eileen se acelerara. Sarah intentó detenerse, pero algo en su interior la retenía.

Our Safe Place | Severus SnapeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora