15. Dolor Compartido

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Sarah corrió como nunca antes, exhausta y casi sin aliento. Al llegar al despacho de Snape, estaba completamente fuera de sí. Se disculpó por su retraso; aunque Snape no toleraba la tardanza, esta vez pareció ser más comprensivo. La clase comenzó, pero Sarah se encontraba en una situación complicada; no lograba concentrarse debido a lo que Eileen le había dicho. ¿Y si era verdad? No quería juntarse con ella, ya que su padre no toleraría que tuviera amistades con una "sangre sucia". Pero si no se enteraba, quizás podría seguir con su vida. Sin embargo, no era el momento de pensar en eso. Era momento de concentrarse en la clase, aunque le resultaba imposible.

Por su parte, Snape estaba extremadamente decepcionado. El comportamiento de Sarah era inusual y su falta de concentración era preocupante. La tardanza y la distracción eran extrañas en ella, aunque él tampoco ayudaba al entrar y salir de la mente de la chica sin previo aviso. Normalmente, Sarah lo mantenía fuera de su mente, pero esta vez él tenía que salir, y todo iba muy mal. Snape empezó a ver varios recuerdos que no debería haber visto...

El primer recuerdo era el que no le dejaba dormir por las noches. Se veía a una mujer tratando de escapar de alguien. Llegó a una cocina y se quedó acorralada. La figura que la perseguía era un hombre: el padre de Sarah. Severus dedujo que la mujer debía ser su madre, y estaba en lo correcto. Sarah se encontraba en una sala contigua a la cocina, observando todo desde detrás del marco de la puerta.

—Por favor, por favor... —sollozó la madre- No me mates, no me mates, por favor. Michael, esto ha sido un error, lo admito, pero dame una segunda oportunidad...

—¿Intentar escapar ha sido un error, Bianca? —gritó Michael— ¡Ahora vas a pagar por lo que has hecho, perra asquerosa!

El padre golpeó a la madre con tal brutalidad que la dejó inconsciente. No parecía cansarse, y su embriaguez, que era casi constante, solo acentuaba su violencia. Sarah observaba desde su escondite, conteniendo el llanto. Si hacía el más mínimo ruido, temía que el mismo destino la aguardara. Michael, desbordado por la furia, sacó un cuchillo de un cajón cercano. El corazón de Sarah se detuvo en seco mientras veía a su padre apuñalar a su madre repetidamente, su furia no disminuía.El siguiente recuerdo la trasladó a su habitación. Sarah estaba tumbada en la cama, el rostro desfigurado por el llanto. Sus lágrimas no cesaban mientras su mente estaba sumida en la desesperación. Finalmente, se levantó con un propósito definido. Buscó y encontró una cuchilla pequeña pero afilada. Con un temblor en las manos, comenzó a cortarse los brazos lentamente. La presión de la cuchilla era tan intensa que empezaba a desangrarse. Se detuvo cuando no pudo encontrar más espacio en su brazo izquierdo, y luego pasó al derecho. Finalmente, cayó al suelo frío de la habitación, rodeada de sangre y aún sollozando.Media hora después, su hermano apareció en la habitación. Al ver a Sarah en el suelo, su rostro se llenó de terror. Corrió hacia ella y la abrazó con fuerza.

—¿Qué te ha pasado, Sarah? ¿Te lo ha hecho él? —preguntó Lukas, con la voz temblorosa y preocupada.

—Sí... -mintió Sarah, intentando proteger a su hermano del doloroso hecho de que ella había intentado hacerse daño— Fui a comprar la comida que querías. Pero estoy bien... Se me pasará...

Luego, apareció un último recuerdo, uno de los más recientes y desgarradores. Su padre, Michael, estaba gritando a Sarah con furia desmedida.

—¿Por qué has hecho eso? -demandó Michael, su voz cargada de rabia— ¿Sabes que no sabes hacerlo? Ni siquiera eres buena en intentar matarte. Voy a mostrarte cómo se hace. Vas a sufrir de verdad, si eso es lo que querías.

—Padre, no... Por favor...

Michael sostenía el mismo cuchillo con el que había matado a su madre, pero aún no lo había usado. En lugar de eso, lanzó un hechizo aturdidor a Sarah, dejándola inconsciente en el suelo. Luego, comenzó a cortar las rodillas de su hija, avanzando lentamente desde los tobillos hasta las plantas de los pies, sin piedad.

Our Safe Place | Severus SnapeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora