Capítulo 3

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Capítulo 3

Expropiación (2)

-¿Qué te trae por aquí, querida?-.

Él tenia una expresión cansada mientras revisaba unos documentos, pero se levantó cuando entramos. Abrazó a mi madre y me dio una palmadita en el hombro antes de sentarse en el sofa.

La oficina, desolada y llena de documentos, parecía reflejar la situación de Agustin I.

A diferencia de lo que se esperaría de la oficina de un emperador, el espacio era grande pero sin decoraciones, con un gran escritorio lleno de papeles.

Mi madre colocó unos dulces y café que había traido sobre la mesa y dijo:

-He venido a verte porque llevas días sin dormir bien y trabajando mucho. También quería que descansaras un poco y que nuestro hijo mayor te dijera algo-.

-¿Nuestro hijo mayor?-.

Agustín I me miró.

-Espero que no hayas venido a decir tonterías en horario de trabajo-.

La expresión de Agustin I al mirar a su primogénito no era mala, pero tampoco parecía confiar mucho en él

Esto no será fácil. Iré directo al grano."

Miré a Agustín I a los ojos y dije

-He oído que las cosas no están fáciles para ti últimamente. Como príncipe heredero, también quiero ayudarte-.

Agustín I se rió con incredulidad.

-¿Ayudarme? ¿Tú? Es admirable que te intereses por los asuntos del país, pero solo tienes 15 años. Aún estás en edad de estudiar-.

-He oido que los diputados se oponen a todo y que no se puede avanzar en nada. ¿Es cierto?-.

Parecía un poco sorprendido, pero pronto respondió con calma:

-Parece que tu madre te dio una pista. No te preocupes por eso, yo me encargaré. Tú ve a estudiar-.

-También he oido que no se pueden pagar los salarios de los funcionarios y los militares. ¿Hay alguna manera de resolver esto?-.

-Solo necesito ocuparme de esos diputados. No es algo de lo que debas preocuparte-.

"-Ah. No me escuchará a menos que lo enfrente. Hablé con más audacia-"

-Padre, no estará pensando en fabricar pruebas para arrestar a los diputados de la oposición, ¿verdad? Eso provocará la reacción no solo del parlamento, sino también de los ciudadanos-.

-¿Qué? ¿Cómo te atreves a hablar asi?-.

Agustín I se sorprendió y grító ante mis palabras

Ya tenía un plan en mente.

-¿Cree que arrestar a los diputados de la oposición calmará a los demás diputados?-.

-Al contrario, incluso los diputados que lo apoyan comenzarán a oponerse ferozmente-.

-Entonces, ¿planea disolver el parlamento?-.

Continúa...

-Perderá el apoyo de los ciudadanos, y las fuerzas regionales que no están bajo el control del gobierno central comenzarán a tener otras ideas-.

Agustín I no pudo refutar mis palabras.

-Solo tengo que enviar al ejército para aplastarlos. El ejército central puede abrumar a las fuerzas regionales-.

-Pero no tienen el apoyo de los ciudadanos y llevan meses sin recibir sus salarios. ¿Cree que el ejército central será leal? Si el otro lado los convence de derrocar al dictador, tanto los comandantes como los soldados se tambalearán-

Me convertí en el príncipe heredero del Imperio MexicanoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora