Capítulo 24

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El regreso de España (5)

La flota regresó en apenas unas semanas.

Aunque los barcos parecían intactos, los nobles españoles estaban llenos de inquietud.

¿No era demasiado poco tiempo para conquistar el vasto Imperio Mexicano?

¿Por qué regresaba la flota cuando aún debería estar apoyando a las tropas terrestres?

Y como temían, llegaron las malas noticias.

"¡Una derrota aplastante! ¡Un ejército de 10,000 hombres, destruido de un golpe...! Mis... mis inútiles hijos de..."

¡Bang!

El rey Fernando VII se desmayó mientras escuchaba el informe sobre el resultado de la batalla.

No pudo soportar la terrible realidad que contrastaba brutalmente con el futuro brillante que había imaginado durante los últimos meses.

"¡Llamen al médico!"

"¡Lleven al rey a su habitación!"

Aun en medio de la confusión, algunos nobles persistían en buscar información.

"Almirante Morales, ¿es todo esto cierto?"

"Sí... En una sola batalla, caímos víctimas de la astucia y el ataque sorpresa del príncipe heredero del Imperio Mexicano."

"El general Varadas no es incompetente... ¿Cómo pudo suceder esto?"

"Entonces, ¿qué han exigido esos bastardos?"

"Eso... no puedo revelarlo ahora. Lo haré cuando su majestad despierte. Deberán volver mañana."

Con el rostro cansado, el almirante Morales intentó retirarse del palacio, pero un grupo de nobles lo detuvo.

"¡Almirante! ¿Qué ha pasado con nuestros hijos? ¡La gente está en pánico porque no los encuentran!"

"¡Mi hijo también!"

"Ellos... están cautivos en el Imperio Mexicano."

"¿Qué? Espe... ¡Espera!"

Morales los dejó con esas palabras y se fue.

Al día siguiente.

Después de ser atendido cuidadosamente por los médicos, Fernando VII despertó, sólo para enfrentarse a una prueba aún más cruel.

"¿Capturaron a 350 nobles? Y dicen que si no aceptamos sus condiciones, los enviarán a trabajar a las minas hasta morir... ¿Cómo pueden ser tan crueles? ¿Es que el Imperio Mexicano no tiene honor?"

Por un momento, Fernando VII estuvo a punto de desmayarse de nuevo, pero se sostuvo gracias a la rabia que brotaba en su interior. No podía creer que se atrevieran a tratar así a la sangre noble de España.

"¡Exactamente, su majestad! ¡Está claro que el Imperio Mexicano no tiene sentido del honor!"

"La comunidad internacional no tolerará un chantaje tan deshonroso como este."

Los nobles se unieron en coro, aferrándose a la idea del honor. Como si quisieran olvidar que habían perdido una guerra en la que habían invertido todos sus recursos, insistían en apelar a la comunidad internacional.

Pero al mencionar la "comunidad internacional", en realidad estaban poniendo su fe en Francia, su respaldo.

Francia no permitiría que un país como México exigiera tales condiciones a España.

El almirante Morales, observando la escena, se sintió profundamente desilusionado.

'¿Comunidad internacional? Esto es el fin para España. ¿Cómo pudieron estos idiotas llevar a España a esto? El resultado de haber traído a Francia para mantener el poder es esto.'

Me convertí en el príncipe heredero del Imperio MexicanoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora