capitulo 10

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California: cuarta parte

‘Es conmovedor.’

Es el primer edificio.

“No es grande, pero es una iglesia bonita.”

“He arreglado también el interior, entremos.”

Entré en la iglesia con el joven sacerdote, el padre Raúl, que había traído con la expedición.

La iglesia, de dos pisos, estaba compuesta por un espacio para el culto, un área comunitaria y un lugar para que el sacerdote viviera.

“Su alteza, gracias por construir esta hermosa iglesia. Gracias a su generosidad, la gente que ha venido a esta tierra podrá escuchar la palabra de Dios. Muchas gracias.”

El padre Raúl, encantado con la iglesia, expresó su agradecimiento.

“Tendrá mucho trabajo, pero espero que transmita bien la palabra del Señor a los colonos.”

En ese tiempo, la iglesia también cumplía el papel de centro comunitario, por lo que casi todos los colonos asistirían los fines de semana.

La iglesia tenía capacidad para 150 personas, por lo que quizá necesitaría realizar tres misas cada fin de semana.

‘Quería construirla más grande al principio, pero siendo el primer edificio, hubiera sido demasiado ambicioso. Hice bien en reducir su tamaño. Aun así, nos tomó 10 semanas construirla.’

El primer edificio tomó tiempo, y como no era muy grande, solo involucramos a 30 personas en su construcción a la vez.

‘Mientras tanto, los demás, exceptuando los mineros de oro, se han dedicado a recolectar y procesar madera, y los carpinteros han aprendido completamente el método de construcción ligera de madera. Ahora podemos construir varios edificios a la vez.’

La primera construcción fue casi un espectáculo individual mío. Les expliqué detalladamente el método de construcción con estructura de madera a 30 carpinteros, pero una cosa es escuchar una explicación y otra muy distinta construir algo.

No tuve más remedio que hacer demostraciones mientras ellos observaban, aunque el trabajo fue tomando velocidad conforme lo entendían.

“Maestro carpintero Andrés, ¿estás seguro de que puedes hacerlo?”

“Sí, su alteza, estoy seguro.”

Entre los 30 carpinteros, 10, incluido Andrés, se encargarían de la construcción del ayuntamiento y los alojamientos militares.

Cinco construirían dos almacenes, y los demás formarían equipos de tres para construir cinco casas.

Mi papel sería supervisar todas las obras y asegurarme de que todo marchara bien.

Además de los 30 carpinteros y los 100 mineros, los otros 320 colonos estarían dedicados por completo a la construcción.

‘Ayuntamiento, alojamientos militares, dos almacenes y cinco casas, un total de nueve edificios. Son del mismo tamaño que la iglesia, así que nos tomará entre ocho y diez semanas.’

La extracción de oro también avanzaba sin problemas.

Empezamos con el oro en polvo del río American, y ya estábamos extrayendo oro de la mina superficial de Sutter’s Mill en Coloma, el punto de inicio de la Fiebre del Oro. Pronto comenzaremos a extraer oro en la mina superficial de Angels Camp.

Julio Cervantes pensó que ya era hora de actuar.

‘Vaya, ¡brilla intensamente!’

La segunda compañía estaba encargada de proteger la colonia y los almacenes, así que Julio podía ver cómo llegaban los lingotes de oro refinados.

Me convertí en el príncipe heredero del Imperio MexicanoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora