Capítulo 29

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Ferrocarril (2)

"El emperador ha emitido otra orden ejecutiva."

El presidente Rafael Manjino rompió el silencio con un tono grave. Los diputados republicanos reunidos comenzaron a criticar la monarquía.

"¿Cuántas veces ha sido solo este año? Y esta vez es un asunto importante."

"Así es. ¿Qué tiene de especial ese ferrocarril como para gastar tanto dinero?"

Alguien se quejó sin siquiera saber qué era un ferrocarril. Rafael, que tenía más conocimiento sobre asuntos extranjeros, explicó:

"Por lo que he oído, es un medio de transporte. Se creó en Inglaterra hace unos años y recientemente se ha empezado a usar en Estados Unidos."

"¿Qué tipo de transporte es como para justificar una inversión de millones de pesos? Tch."

El presidente Rafael trató de explicar lo que sabía sobre el ferrocarril.

"Me parece que el príncipe ha estado gastando a manos llenas desde que ganamos dinero con la guerra. Nosotros, los republicanos, deberíamos supervisar esos excesos."

"¡Exactamente! ¿No es esa la función del parlamento, controlar al gobierno?"

El concepto del republicanismo estaba lentamente ganando terreno, pero la gente no tenía ningún deseo de derrocar el próspero Imperio Mexicano.

Sobre todo, porque el derecho al voto estaba limitado a los criollos, los mestizos con riqueza y los pocos nobles indígenas que habían obtenido reconocimiento.

Los que ya tenían poder no querían ningún cambio.

Eso se reflejaba en el número de escaños. Los republicanos, que tenían 111 escaños, ahora habían caído a 103, mientras que los conservadores habían aumentado de 90 a 98.

"Hicimos elecciones y nuestros escaños republicanos han disminuido…"

"No podemos sentarnos y ver cómo el poder del emperador se fortalece. ¡Tenemos que tomar acción!"

El presidente Rafael insistió con vehemencia. Los demás diputados, aún impactados por los resultados de las elecciones, lo apoyaron.

"Si ese ferrocarril se extiende por todo el país, el control central se volverá mucho más fuerte."

"¡Eso no puede ser!"

Los federalistas reaccionaron de inmediato al escuchar sobre el fortalecimiento del control central.

"No podemos hacer nada con el tramo ferroviario ya aprobado, pero debemos frenar cualquier expansión futura. ¿Qué tal si exigimos que el gobierno demuestre el costo-beneficio antes de gastar más dinero en el ferrocarril?"

"Es una buena idea. Si el emperador ignora una demanda legítima, eso también podría ser un buen motivo para oponernos."

"Y qué tal esto: proponemos una ley que exija demostrar la viabilidad económica antes de abrir nuevos tramos de ferrocarril."

"¡Buena idea!"

Los diputados republicanos, por primera vez en mucho tiempo, se emocionaron ante la idea de asestar un golpe efectivo al emperador y a los conservadores.

"También necesitamos una ley que impida que el ferrocarril sea monopolizado."

El presidente Rafael hizo su aporte.

"¡Como siempre, excelente idea, señor presidente!"

Por primera vez en mucho tiempo, el ambiente en la sala de los diputados republicanos era animado.

Me convertí en el príncipe heredero del Imperio MexicanoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora