Corporación (2)
En una granja estatal cerca de Ciudad de México.
Tal como había prometido, planeaba mostrar el funcionamiento de la cosechadora mecánica.
"Diputado Camacho, veo que su influencia es tan impresionante como siempre."
Había traído consigo a más de veinte terratenientes.
"Ja, ja, no es nada. Pero más que eso, tengo muchas ganas de ver la máquina de la que Su Alteza habló."
Parecía bastante entusiasmado.
Emilio se encargaría de llevar a cabo la demostración. Un técnico de Estrada Aceros, que había fabricado la máquina, la operaría.
Yo me encontraba entre los terratenientes, observando sus reacciones.
Emilio comenzó su presentación.
"Estimados terratenientes, esta máquina está diseñada para hacer la cosecha de granos como el maíz y el trigo mucho más fácil y rápida. Imagino que muchos de ustedes están lidiando con el problema de que sus arrendatarios insisten en irse por la fiebre del oro, ¿no es así? Pues bien, esta máquina hará que ya no los necesiten. A continuación, se la mostraré."
Cuando Emilio terminó de hablar, el técnico puso en marcha al caballo.
El caballo comenzó a moverse hacia el campo de maíz, arrastrando lentamente la gran máquina. Las cuchillas afiladas de la cosechadora mecánica se pusieron en acción rápidamente, cortando los tallos de maíz en un abrir y cerrar de ojos.
Entre los terratenientes comenzaron a oírse susurros de admiración.
"¡Vaya!"
"Los tallos de maíz son cortados en un instante."
Los tallos cortados se acumulaban en la amplia plataforma de la máquina. Después de avanzar unos 30 metros, la plataforma estaba bastante llena, y el técnico, que seguía a la máquina, rápidamente ató los tallos en manojos y los dejó caer al suelo.
Emilio explicó la escena.
"Una vez atados y dejados en el suelo, podrán recogerlos todos de una sola vez más tarde."
La plataforma se vaciaba rápidamente, solo para volver a llenarse de tallos de maíz en cuestión de minutos, repitiendo el proceso de atar y arrojar los manojos al suelo.
"Un solo trabajador puede cosechar un campo entero de este tamaño."
"Y la velocidad es increíble. Terminaría en medio día."
Aunque los terratenientes no gestionaran directamente sus fincas, cualquiera con ojos podía ver la eficiencia de la máquina.
La reacción fue muy positiva. Emilio, sin perder el momento, añadió:
"Con esta máquina, una sola persona puede hacer el trabajo de cinco. ¡Y el precio de esta increíble máquina es de solo 200 pesos! Además, para los presentes hoy, les ofrezco un descuento del 10%, ¡dejándola en 180 pesos cada una!"
Doscientos pesos equivalían al salario de diez meses para un trabajador común, pero para los terratenientes presentes era una suma insignificante.
'Estarán haciendo cálculos. Aunque no puedan reducir a cuatro trabajadores por completo, con solo reducir de cinco a tres, la inversión se recupera rápidamente.'
El costo de producción de la cosechadora era de unos 120 pesos. Sin competencia, podría haberla vendido a un precio mucho más alto, pero mi objetivo era distribuirla rápidamente por todo México.
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Me convertí en el príncipe heredero del Imperio Mexicano
Historical FictionMe convertí en el príncipe heredero. "Si hubiera sabido esto, habría ido a Inglaterra o a Estados Unidos." Ah- Suspiré profundamente. Era un joven común al que le gustaban los juegos de historia. En los juegos de historia aparecen muchos países, per...