El regreso de España (4)
"¿Ya han entrado algunos en Tampico?"
"Sí, su majestad. Capturamos a la mayoría, pero algunos lograron huir a toda velocidad hasta Tampico. Lamento no haber podido detenerlos."
El comandante de la caballería me estaba informando sobre los resultados de la persecución de los rezagados.
"No importa. ¿Tampico está bajo control?"
"Sí, su majestad. Cerca de Tampico aún quedaba algo de personal disparando, aunque no parecían ser muchos."
Dado el tamaño de su fuerza principal, sólo habrían dejado una pequeña guarnición en Tampico.
"Lo entiendo. Debes estar exhausto después de perseguir a los rezagados tras la batalla. Descansa."
Eran más de 300 nobles.
Si sólo fueran nobles de sangre, no tendríamos mucha ventaja en las negociaciones, pero todos provenían de familias que poseían grandes haciendas en México y estaban bien situados entre la nobleza española. Además, los hijos de las familias de mayor rango no se unieron como parte de la caballería, sino como oficiales de infantería, lo que los dejó atrapados, sin posibilidad de huir.
Saber que estos nobles habían sido capturados provocaría un gran revuelo en la nobleza española.
***
Dos días después.
Habíamos terminado de limpiar el campo de batalla y recogido a los prisioneros y el botín.
"Vámonos, mayor Jorge."
"Sí, su majestad."
Nuestro ejército obtuvo 90 cañones del enemigo.
Comenzamos a marchar lentamente hacia Tampico. No había prisa; unos pocos cientos de enemigos no podrían haber hecho mucho en este tiempo.
Bang
Por un momento me preocupé de que se hubieran retirado por completo, pero aún había disparos.
Un explorador regresó rápidamente cuando escuchó los disparos provenientes del puerto de Tampico.
"Acerquemos más al ejército."
"Sí, su majestad. ¡Avancen!"
"¡Avancen!"
Un ejército de 10,000 hombres rodeó Tampico. Sólo entonces apareció una bandera blanca. Desde el principio, defender Tampico era una tarea imposible.
'No puede considerarse una fortaleza si apenas tiene unas pocas paredes dispersas.'
Recuperamos el puerto de Tampico.
***
'Esos malditos traidores.'
Los primeros que huyeron, los cobardes, ya habían embarcado en la flota española.
A pesar de haber abandonado la batalla, no sólo no fueron castigados, sino que, gracias a su sangre noble, subieron a bordo de la flota sin consecuencias.
La flota española no atacó a nuestro ejército tras entrar en Tampico, pero tampoco nos permitió tomar sus barcos.
La flota permanecía a una distancia considerable frente a las costas de Tampico.
Envié un mensajero rápido para informar a Agustín I del resultado de la batalla y solicitar permiso para negociar el fin de la guerra. El poder de decisión sobre diplomacia y defensa recaía completamente en el emperador, por lo que sólo necesitaba su autorización, no la del parlamento.
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Me convertí en el príncipe heredero del Imperio Mexicano
Historical FictionMe convertí en el príncipe heredero. "Si hubiera sabido esto, habría ido a Inglaterra o a Estados Unidos." Ah- Suspiré profundamente. Era un joven común al que le gustaban los juegos de historia. En los juegos de historia aparecen muchos países, per...