Capitulo 135: La guerra entre México y Estados Unidos (8)
En el cuartel general de Trinidad se recibían informes de todo tipo varias veces al día. El ambiente dentro del cuartel era una mezcla de tensión y actividad incesante. Incontables documentos y mapas estaban desplegados sobre los escritorios, mientras que en la pared colgaba un gran mapa estratégico actualizado con la información más reciente.
La red de comunicaciones establecida a lo largo de las líneas de suministro terrestres funcionaba las 24 horas del día, y la información naval se transmitía de inmediato a través del puerto de Galveston, que estaba conectado por telégrafo. Cada vez que llegaba un informe de la marina, el sonido urgente de los clics del telégrafo resonaba en el cuartel.
"El informe indica que a partir del 15 de marzo se ha iniciado con éxito el bloqueo del puerto de Nueva York".
"El puerto de Boston también, a partir del 3 de marzo...".
A finales de marzo, comenzaron a llegar informes confirmando el bloqueo de los principales puertos de Estados Unidos. Desde el puerto de Charleston, el más grande en el sur y cercano a México, hasta los puertos más importantes de Nueva York, Boston, Filadelfia y Baltimore, todos habían sido bloqueados.
"Se ha informado que tres barcos acorazados, cuyo motor de vapor fue dañado durante la batalla, tardarán al menos seis meses en ser reparados y volver a la acción".
"Entendido", respondió el comandante.
Los agentes de inteligencia militar también informaban constantemente sobre la situación interna de Estados Unidos.
"Ja, no tiene vergüenza, pero su capacidad para incitar a las masas es innegable", comentó el General Fernando Cortés Mendoza, Jefe de Estado Mayor del Ejército Imperial Mexicano, refiriéndose a James Polk.
Acababan de recibir un informe que indicaba que en Estados Unidos se reclutaban entre 1,800 y 2,200 personas por día.
"Teniendo en cuenta el tiempo de traslado, se espera que para finales de abril haya unos 150,000 soldados concentrados en Memphis", informó rápidamente un oficial de estado mayor que estaba haciendo cálculos.
"Eso significa que las fuerzas que enfrentaremos en Memphis serán similares a las nuestras. Pero al final del día, no son más que una masa desorganizada de reclutas apresurados, ¿no es así?", comentó el General Ignacio, quien estaba al mando del IV Cuerpo del Ejército Mexicano, sin darle demasiada importancia al informe. Sin embargo, el General Fernando no compartía su opinión.
"No es tan simple. Nosotros aprobamos leyes de reclutamiento a gran escala con antelación, realizamos un censo para seleccionar a los futuros soldados y movilizamos la red ferroviaria en todo el país. ¿Recuerdas cuántos reclutas podíamos reunir al día gracias a estos preparativos?"
"Si no me equivoco, reclutábamos entre 2,500 y 3,000 personas al día".
"Exactamente. El problema aquí es que los estadounidenses están reclutando a 2,000 personas diarias. Este ritmo tan alto de reclutamiento indica que la voluntad del pueblo estadounidense para continuar la guerra ha aumentado significativamente".
El General Ignacio no pudo evitar asentir ante las palabras de su superior.
"Es cierto, puede que tengas razón", admitió.
"Y no olvidemos las contribuciones voluntarias de aquellos ciudadanos indígenas que guardan rencor hacia Estados Unidos", agregó Fernando.
Se refería a aquellos que habían sido forzados a emigrar a México bajo el "Acuerdo de Reubicación de Nativos", tras haber soportado el brutal "Camino de las Lágrimas" a manos de Estados Unidos. El resentimiento que estos nativos albergaban no se había desvanecido en unos pocos años.

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Me convertí en el príncipe heredero del Imperio Mexicano
Historical FictionMe convertí en el príncipe heredero. "Si hubiera sabido esto, habría ido a Inglaterra o a Estados Unidos." Ah- Suspiré profundamente. Era un joven común al que le gustaban los juegos de historia. En los juegos de historia aparecen muchos países, per...