Calma antes de la tormenta.

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Buenas.

Traigo nuevo cap el cual tuve que partir en dos por lo excesivamente largo que resulto pero espero subir pronto la siguiente parte.

Les adelanto los titulos de los siguientes capítulos, ya que estamos: "La Ultima Cena", "Y danzaron los dragones" y "La muerte de la Reina".

¿Suposiciones?

-X-

Harry XXXVII.

Todo lo sucedido tras el primer día de justa le parecía una pesadilla, un sueño espantoso de sangre y pena, pero la visión de sus hijas, pálidas y débiles, le recordaba que todo había sido muy real. Se sentía mareado y aturdido, pero también decidido, como si le hubieran quitado un gran peso de encima.

«Trataron de matar a mis hijos, y muchos terminaran por lamentarlo cuando todo esto termine».

Por eso estaba en las celdas, viendo como sus torturadores hacían cantar al maestro de ceremonias, encargado de organizar las justas del torneo. Pronto, la sangre de todos los dientes rotos le corrió por la barbilla, y tres veces se meó en los calzones, pero se empecinó en sus mentiras, en suplicar piedad y fingir demencia. Fue solo cuando empezaron a quitarle las uñas de los dedos de la mano que hablo.

-¡Por favor, por favor!-sollozo-. Hablare. Yo... hablare.

-Habla-indico lord Aryan con ojos fríos e implacables.

Les conto toda su vida, remontándose hasta su primer día del nombre. Su padre había sido mayordomo de un caballero hacendado en Punta Zarpa Rota, cuando aquellas tierras aun no eran de los Stark, y lo educo para ejercer aquella profesión. A los doce años logro ganarse un puesto entre los sirvientes de lord Darklyn y por pura suerte, conservo su trabajo cuando el Rey Loco concedió aquella ciudad a Harry. Tras muchos años de paciente trabajo y diligente esfuerzo, se volvió un servidor de confianza de Ser Wendel Manderly, el Gran Mayordomo del Valle Oscuro, y sin duda, esperaba ser nombrado a algún puesto importante como senescal, o tesorero... Cosa que no sucedió.

-¿Y por eso te vendiste como una prostituta y conspiraste para asesinar a mis sobrinos?-rugió Brandon, que estaba junto a él-. Dime. ¿Cuánto te pagaron por organizar las justas de tal forma?

-C-cien...-Se retorcía y chillaba-. Cien dragones...

-¿Cien dragones de oro por la vida de uno de mis hijos?-murmuro Aryan con amargura-. Menos mal no les salió barato.

-¿Quién te pago?-exigió saber Brandon, pero el maestro de ceremonias no supo responder.

Antes de que llegara el amanecer, las diez uñas de la mano y las diez uñas de los pies le habían sido arrancadas, y como Brandon se desesperó en cierto punto, también le sacaron uno de sus ojos. Pero el maestro de ceremonias seguía chillando al tiempo que insistía en que no sabía quién le había pagado.

-¿Quién te pago?-volvió a preguntar Brandon, y sin dejarle responderte tomo uno de sus pezones y se lo corto con un tajo limpió de su cuchillo-. ¿Quién te pago? ¡Habla!

Quizá, esperando algo de misericordia, empezó a soltar nombres al azar: princesa Rhaenys Targaryen, príncipe Aegon, lady Margaery, Elia de Dorne, el Caballero de las Flores, Steffon Baratheon.

-Mientes-replico Aryan, y Brandon le corto el otro pezón-. No sabes quién lo hizo.

Le habría encantado interrogar a Gregor Clegane, pero Balaq se había encargado de abrirle la cabeza en dos. «En fin, no se lo reprocho, porque salvo a mi hijo». Esperaba que lord Tywin tuviese más suerte que él. Las capas rojas de los Lannister habían golpeado con la velocidad de una centella y habían puesto bajo arresto a todo el sequito de Clegane: escuderos, guardias, amigos, sirvientes, y el Viejo León solicito a Harry permiso para usar sus mazmorras y dirigir en persona los interrogatorios.

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⏰ Última actualización: 4 days ago ⏰

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