¡Buenas!
Aquí les dejo el siguiente cap
-X-
Catelyn II.
Catelyn Stark tenía la sensación de que habían pasado mil años desde el día en que salió de Aguasdulces con su hijo recién nacido en brazos, y cruzó el Piedra Caída en un bote para iniciar el viaje al norte, hacia Invernalia. Ahora regresaba a casa, y todo bajo circunstancias que jamás habría imaginado.
El chapoteo y el ruido de la gran rueda de aspas del interior era uno de los sonidos de su infancia, y Catelyn sonrió con tristeza. Arriba, en las murallas del castillo, los soldados y los criados gritaban su nombre «¡Lady Catelyn! ¡Lady Tully!». En todos los baluartes ondeaba el estandarte de los Tully, una trucha saltando, de plata, sobre ondas de agua azur y gules. Era un espectáculo emocionante, pero no le levantó el ánimo.
No había logrado sentir emoción alguna desde que aquel cuervo le llevo las terribles noticias.
«Oh, padre...».
¡Y Edmure! Su hermano era apenas un niño la última vez que lo había visto, solo un muchachito. ¿Qué locura se había apoderado de él para creer que era buena idea nadar en un río de aguas tan traicioneras como el Piedra Caída, estando ebrio? ¿Y quiénes habían sido lo bastante idiotas como para permitírselo?
Los guardias los esperaban al pie de la escalera del agua, junto a su tío. Su armadura era gris, pero lucía la capa azul y roja de Aguasdulces, con un broche de oro y obsidiana en forma de pez negro. Tenía el rostro más arrugado y curtido, casi todo su cabello era gris ahora, pero su sonrisa era la de siempre, al igual que las cejas pobladas, gruesas como orugas, aunque sus ojos azul oscuro lucían más apagados.
-Hola, pequeña Cat.
Brynden Tully se dirigió hacia su bote, tomo a Catelyn por la cintura y la depositó sobre un peldaño seco, mientras el agua le lamía las botas.
-Comparto tu dolor, querida sobrina.
-También es tu dolor, tío-replico Cat, y pese a todo, sonrió-. Me da gusto verte aquí.
-Tenía que estar aquí para recibir a la Señora de Aguasdulces-refunfuño su tío, aunque de buen humor.
-No soy la Señora de Aguasdulces-le recordó Cat-. No aún.
Había sido una nota amarga enterarse de que, aun siendo la mayor, su reclamo sobre Aguasdulces no era tan poderoso como cabría esperar. Pero tenía, de alguna manera, sentido, porque Lysa estaba casada con el Matarreyes, cuyo apellido era Lannister, y Lord Tywin era demasiado ambicioso como para dejar pasar la oportunidad de controlar las Tierras de los Ríos. Más encima era tremendamente rico y poderoso, con lo que podía sustentar tal pretensión.
-Esto es una mera formalidad-gruño Ser Brynden-. Aguasdulces es tuya, pequeña.
-Sí, y temo lo que pasara si los señores no fallan a mi favor-admitió Catelyn, que tenía aquel terrible pensamiento desde hacía varios días rondándole por la cabeza-. Los Stark y los Lannister ya ocupan las Tierras de los Ríos. Es solo por algún milagro que aún no han empezado a combatir entre sí, pero después de este consejo...-Suspiro hondo-. ¿Cómo están los ánimos aquí?
-Impera la ira y la incertidumbre-reconoció Ser Brynden-. Unos cuantos se atreven a afirmar abiertamente que tú padre y tú hermanos fueron asesinados, pero no me lo creo. Edmure era lo suficientemente idiota para matarse como lo hizo, y lo de Hoster fue solo un accidente. Desafortunado, sí, pero no menos accidente. Y ahora tenemos leones y lobos ocupando cada alcázar de la región.
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Se Acerca el Invierno
FanfictieHarry Potter dejo este mundo..., pero como el Amo de la Muerte, tiene deberes que cumplir. Y los Siete Reinos de Poniente lo necesitan ahora, al ver que el Enemigo llega desde las Tierras del Eterno Invierno. Deberá sobrevivir al Juego de Tronos y g...