¡Buenas!
Esta vez traigo un cap desde la perspectiva de Brandon, el primero, y es algo más largo de lo habitual. Espero, de igual forma, lo disfruten.
-X-
Brandon I.
La obediencia era una segunda naturaleza para Brandon Stark.
Había crecido a la sombra de su hermano mayor, siguiendo obedientemente a Aryan en todo lo que hacía o decía. Más adelante, cuando Aryan tuviese sus propios hijos, Brandon sabía que se tendría que arrodillar ante ellos cuando uno ocupara el lugar de su padre en el Trono del Invierno.
Eso estaba muy bien para él. No tenía interés en gobernar, ni la paciencia para hacerlo.
«Un espada afilada, una copa de vino y una mujer es todo lo que necesito». Colmillo le lamió las yemas de los dedos, y Brandon sonrió. «Un espada afilada, una copa de vino, una mujer y un lobo huargo».
Para su buena fortuna, Aryan era un hermano generoso, y se aseguraba de recompensar los buenos servicios. Brandon estaba decidido a no fallarle, porque no soportaría la decepción en sus ojos, y para ello planeaba usar el ultimo regalo de su hermano: una espada de acero valyrio que había llamado Invierno Rojo.
«Tendré una gran victoria para Aryan, y será la primera de muchas». Si se presentaba la batalla, Brandon tendría el mando de la vanguardia, como le correspondía por derecho y sangre. Los Señores del Norte gritarían el nombre de su hermano cuando Pentos cayese, pero a Brandon le daba igual, porque los Señores del Norte eran en su mayoría un montón de idiotas. Idiotas leales, sí, pero idiotas al fin y al cabo.
-No parecen gran cosa-comento Ned a su lado.
Los dos espolearon sus caballos hacía un risco. Las torres cuadradas y los edificios de ladrillos de Pentos se erguían ante ellos, con el sol de la tarde haciendo destellar las piedras de forma incandescente. Los pentoshis habían acumulado a su exiguo ejército frente a sus murallas.
-Cuatro mil-dijo Bran, y Ned asintió.
«Esto será fácil».
-Unos quinientos jinetes con lanzas, quizá-Brandon tenía los ojos entrecerrados-. Muy pocos arcos para suponer una amenaza.
-Podemos atravesar sus formaciones como quien corta queso con una daga, y ni siquiera será difícil-observo Ned, y luego señalo hacía la ciudad-. Pero si se retiran tras sus muros, la suerte podría cambiar. Pentos no es Tyrosh ni Myr. Pentos está preparada para un asedio.
-Sabes lo que opina Aryan de los asedios-replico Brandon-. Y Pentos no es tan fuerte como aparenta.
Aryan también les había hablado de aquello. Si bien Pentos era una de las Ciudades Libres más ricas y prosperas de todas, también se consideraba la más vulnerable y débil militarmente. En otros tiempos había sido derrotada por Braavos en una serie sucesiva de guerras que obligaron a Pentos a renunciar a sus flotas, a sus ejércitos y a contratar mercenarios.
«También a la esclavitud, aunque en eso no han sido tan diligentes».
Según aseguraba Aryan, en la ciudad había cientos de miles de «siervos libres» que aparentan tenerlo todo de esclavos salvo el nombre, ya que se les ponían collares y se les marcaba como a sus otrora equivalentes de Lys, Myr y Tyrosh, y se les sometía a una disciplina salvaje. Para efectos legales los siervos eran hombres y mujeres libres, con derecho a no obedecer si así lo deseaban, siempre y cuando no estén en deuda con sus dueños; pero dado que casi todos lo estaban, pues el valor de su trabajo acostumbraba a ser inferior al coste de la comida, la ropa y el cobijo de que les proveían aquellos a quienes servían, su deuda no disminuía con el tiempo, sino más bien todo lo contrario.
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Se Acerca el Invierno
FanficHarry Potter dejo este mundo..., pero como el Amo de la Muerte, tiene deberes que cumplir. Y los Siete Reinos de Poniente lo necesitan ahora, al ver que el Enemigo llega desde las Tierras del Eterno Invierno. Deberá sobrevivir al Juego de Tronos y g...