Capítulo 53

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Familia

 

Diciembre del 2020
Días después del cumpleaños 17 de Alexa
Hace seis meses Quilian desapareció en la Ciudad de los Sueños y a muerto en el mundo real. Aquella habitación en el hospital en donde él estaba ahora está vacía, él ya no está en ninguna parte. Quilian se fue y se llevó con él mi corazón.
Pienso constantemente en su destino, si yo estaba escrito en ella entonces por qué tuvo que ser tan corto mi encuentro con él. Siento como si fuese un aguacero que llegó a mi vida, me empapó hasta el alma pero luego terminó y me dejó mojada.
Después de que Quilian se fue e rogado en soñar con él. Solo quisiera abrazarlo una vez más, lo abrazaría tan fuerte porque sé que al despertar él ya no estaría…

Dejé de escribir mi diario al escuchar pasos aproximarse a mi puerta.

 —Hija—Dijo la voz de David, detrás de la puerta.

—¿Si?

David abrió la puerta, al instante que sus ojos se encontraron con los míos cambió su expresión amable a uno molesto.

—Ya se porqué esa expresión—Intuí la razón. Seguía sentada en una silla enfrente de mi escritorio.

—Entonces sabes lo que hiciste mal—Dijo, cruzó sus brazos y me miró serio.

—Grisel comenzó—Me defendí—. Yo no quise decirle “Vieja bruja” fue tan espontáneo por mi enojo.

—Es tu madre, no puedes decirle cosas desagradables.

—Ella empezó—Repetí.

—Alexa—Su voz sonó amenazante. Quedé callada, quizás a Grisel podía decirle “Vieja bruja" pero a David le respetaba.

—Lo siento. Quizás exageré, pero es que me enojé. Además todavía no puedo olvidar que ella quería devolverme al orfanato.

—Nadie te devolverá al orfanato—Aseguró—. Cuando escuchaste eso de Grisel lo dijo porque estaba enojada con su padre, ella misma te lo explicó y te dijo que…

—Me había tomado cariño—Terminé de decir.

—Así es. Ahora ve a disculparte con tu madre.

Le puse mala cara.

—Ahora—Ordenó.

Sin decir nada más y con mala gana me levanté de la silla y caminé hacia la puerta en donde estaba David. Al acercarme a él sonrió evidentemente  conforme.
Al ir bajando las escaleras noté que Brian estaba en la cocina. Desde ahí me sacó la lengua. Ese imbécil, si no se hubiese comido la tarta que compré no le hubiese tirado un vaso de gaseosa y por ende Grisel no me hubiese retado y yo no le habría dicho “Vieja bruja".

Bajé el último escalón junto con David, me dirigí hacia la sala en donde Grisel estaba sentada en el sofá con su cara larga.

—Grisel—Fue lo primero que dije al acercarme. Ella no me dirigió la mirada.

—Lo siento—Agregué.

Sus ojos azules los dirigió hacia mí y parecía buscar en mi rostro la sinceridad de mis palabras.

—¿Tu disculpa es sincera?

Asentí.

Se levantó del sofá, su vista no lo apartó de mi. Me miraba muy seria. Tragué saliva con miedo a lo que podría hacerme esta vieja…

—Discúlpame a mí—Dijo—. Lo que le hiciste a tu hermano estaba mal pero él tenía la culpa.

—La defiendes—Escucho decir de Brian desde la cocina.

Sonreí satisfecha.

—¿Entonces ya no estas enojada? —Pregunto.

Negó con la cabeza, su expresión estaba amigable. A lo que me confirmó que decía la verdad.

—Ahora ve a prepararte para ir al colegio o quieres llegar tarde.

“Casi me olvido que tengo que ir al colegio”

Sin decir nada más me apresuro a ir a mi habitación para prepararme sin antes de sacarle la lengua a Brian que me mira con los brazos cruzados desde la cocina.

*** ***
Mi tierna y a veces loca  amiga; Anahí, hoy no vino al colegio se debía a que una prima cercana a ella se casaba a lo que tenía que asistir a la boda. No tener a la chica que  habla de fiestas, vestidos y sus pretendientes hace que mi mente no pueda distraerse y es que aunque solo la escuche cuando me habla de sus gustos eso gran parte también me ayuda porque tengo algo con que concentrarme, es decir, en escucharla y cuando lo hago olvido  que Quilian ya no está.

En clases todo va bien porque me concentro en estudiar pero en el receso no es así.
Fui a buscar a Jiso y Joel en sus aulas pero ambos no me sirvieron de mucho para distraerme porque estaban muy concentrados resolviendo unas ecuaciones de Matemáticas. Quise ayudarlos aunque al final no pude y es que ellos estaban en otro curso  y  no  entendía los ejercicios que realizaban.

Volví a mi sala de clase y seguí el ejemplo de Jiso y Joel y me puse a terminar el ensayo que la profesora de literatura  dejó como tarea. Así pasó muy rápido los minutos y finalmente el receso terminó.
Después de clases fui a entregar a la profesora de literatura mi ensayo aunque lo debería de entregar el día de mañana como ella lo había pedido. A pesar de que no seguí sus indicaciones la profesora igual lo aceptó. Luego de entregarle la hoja de mi ensayo le entregué algunos libros de cuentos que me había prestado y que los había devorado rápidamente, es decir, las terminé de leer.

De vuelta a casa me dediqué a estudiar el curso de Inglés Online en el que me inscribí hace unos meses. Y aunque me e inscripto hace unos meses el avance hacia mi inglés perfecto es muy lento.

—Ey—Escuchó decir a Brian desde la puerta. Terminaba la clase online, y estaba apunto de apagar la computadora para luego echarme una siesta.
 
—Eyyyy—Volvió  a decir de forma tan irritante. Volteé hacia él. Me miraba desde en medio de la puerta, supongo que lo abrió sin que yo me diera cuenta porque recuerdo que lo cerré al entrar.

 Caminó con pasos lentos hacia mí, vestía su uniforme de piloto. Se veía muy profesional, lo que un uniforme puede hacer.

—Entonces no irás a verme correr—Preguntó, parecía tener miedo a mi respuesta.

—No

—Lo sabía—Puso una cara triste que estoy segura que lo finge.

—Hoy es importante para mí deberías de apoyar a tu familiar—Expresó. Lo escuché pero no le di importancia. Busqué entre mis cuadernos mi diario y no la estaba encontrando.

—Yo siempre voy a verte cuando tienes competencias en deporte—Seguía diciendo.

Busqué en mi mochila y no estaba ahí mi diario. Me levanté y fui junto a los cajones de mi clóset.

—Sin mencionar que soporto la vergüenza que siento al alentarte y es que eres un desastre jugando fustal.

—No está—Dije, preocupada. Abrí todo los cajones y en ninguno estaba.

—Gracias a Dios te diste por vencida y ya no juegas más o si no...

 —¡Basta! No ves que estoy buscando algo y tú me molestas— Solté enojada.

Hizo una seña con la mano intentado que me calmara.

—Tus ojos se ven furiosas. Acaso sigues enojada porque hace rato comí la tarta que compraste.

—No escuchaste  que estoy buscando algo y que tú me molestas… De hecho no  importa si lo escuchaste solo vete de mi habitación.

Me dirigí hacia él, le enseñé la salida con mis manos. Él me miró sin comprender.

—Vete—Dije.

Al ver que no salía lo empujé con mis manos hasta que finalmente logré sacarlo de mi habitación. Seguidamente cerré la puerta con seguro.

Seguí buscando mi diario, pero nunca lo encontré, creo que lo perdí
 

Alexa & La Ciudad de los Sueños Donde viven las historias. Descúbrelo ahora