Capítulo 47

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Ocaso de su vida

Anahí me siguió hasta la parada del bus y se dio cuenta que estaba esperando el autobús línea 97 que pasa por el hospital, ella sabía que suelo ir al hospital pero no sabe la razón, hoy insistió en acompañarme, es muy persistente cuando quiere algo, por lo que sé  que no podría convencerla de lo contrario.
Ambas bajamos en la parada del autobús a una cuadra del hospital.

—No puedo creer que haya venido contigo—Dijo pensativa al sentarse en el banco de la parada.

"Y eso que fue tu idea acompañarme"

—Puedes volver—Sugerí al pararme enfrente de ella.

—Claro que no, porque se supone que soy tu amiga así que si te metes en problemas por lo menos debería estar contigo—Dijo al mírame molesta.

—Entonces somos amigas, creí que solo éramos compañeras.

—Me estas haciendo enojar con tu chistee!—Habló, sus ojos oscuros  me apuntaron enojada.

Aunque no era un chiste, la verdad es que creí que teníamos solo una relación de compañeras porque las veces que estamos juntas suelo leer mis libros mientras ella está en sus redes sociales, o cuando estamos con Jiso y Joel, ellos hablan de salir a fiestas, que ropas se pondrán o que chicos conocerán incluso a Joel se le brilla los ojos cada vez que hablan de chicos y no es que esté en contra de eso. Yo no sé cómo opinar en sus conversaciones, a menos que estemos hablando de un trabajo de cualquier materia o de un libro. Por eso descarté la posibilidad de ser considerada una amiga porque tengo entendido que una amistad debe ser mutuo de dar y recibir, yo solo e recibido sus buenas compañías y escuchado sus platicas, jamás di nada.

—Tus palabras fueron como apuñaladas a mi corazón!. Y se le suma que jamás te quedas en las pijamadas que organizo—Seguía mirándome tiernamente enojada.

—Gracias por jamás delatarme—Dije al agarrarla de la mano para suavizar su enojo.

—Tienes suerte de que tu padre no se haya dado cuenta que después de dejarte en mi casa ibas al hospital—Dijo.

—Ojala que tu madre tampoco se de cuenta que hoy viniste conmigo en el hospital.

—Tienes razón ya no solamente soy cómplice si no el autor intelectual del crimen.

—Exageras.

Anahí no se hubiese enterado de que iba al hospital si no fuese porque me siguió y no me refiero de su seguida del día de hoy si no de la primera vez que me descubrió. Seguir se a vuelto su hobby favorito.

—Ya quisiera saber quién es la persona a quien vienes a ver al hospital—Dijo con tono anhelante.

—No te lo puedo decir, pero si te puedo decir que…—Me interrumpió.

—Es una persona muy importante para ti—Terminó mis palabras—. Lo sé, siempre me lo repites.

Me dedicó una cara larga.

—No te molestes—Rogué—. Si lo haces no sabría como contentarte.

—Me basta en que me digas la verdad.

Cómo podría decirle  que viajo a un lugar mientras duermo  y que ahí conocí a Quilian. Pero que Quilian solo puede estar en ese lugar porque en el mundo real está en coma y que es por eso que vengo al hospital para verlo mientras duerme.
 
—Realmente no puedo decírtelo—Dije y sin más caminé por la acera en dirección al hospital.

—¿Por qué?—Dijo al venir detrás de mi.

“Porque creerás que estoy loca"

Permanecí en silencio, mientras ella insistía en que le contara por lo menos la razón. Dijo también que lo descubriría por ella misma y es que por eso me había acompañado pero lo que ella no sabía es que en la habitación donde está Quilian solo dejan pasar a una persona y familiar, y aunque yo no sea familiar, mentí al hermano la segunda vez que lo volví a ver diciéndole que era la novia de Quilian y que necesitaba figurar entre una de las personas que pueda entrar regularmente en la pieza.
El hermano creyó tras mucha duda, y gracias a esa mentira blanca puedo entrar junto a Quilian.

Alexa & La Ciudad de los Sueños Donde viven las historias. Descúbrelo ahora