Capítulo 56

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Alexa & la Ciudad de los Sueños

Ciudad de los Sueños.
Es difícil para mi recordar a Quilian. No quiero que nadie más sepa de esa historia porque no quiero que me recuerden a él

Me desperté una vez más en el campo de rosas. Habían tantas rosas marchitas ¿Por qué desaparecían? ¿Acaso Alex también desaparece?. Me levanté del suelo, y fui junto a la única rosa que seguía con vida.

—Si tan solo pudiera hacer algo para impedir que te marchites—Dije, incliné mi cabeza al observar la rosa.

—¿Estas preocupada por mi? —Dijo, una voz suave y delicada.

Alcé mi vista de apoco hacia aquella voz.

—Alex—Pronuncié, sorprendida.

—¿Lo estas?

—Cómo podría. Si fue por tu culpa que Quilian no pudo pasar sus últimos minutos de vida en un lugar más agradable que en vez de esa celda.

—E sido usado todo este tiempo. Desde el primer momento de mi existencia me han ordenado a  ocultarte las reglas,  a decirte que renuncies a tu vida en la ciudad de los sueños y a tus padres. Creí que era normal de un cuidador hacer eso pero luego me di cuenta de que no.

—¿Entonces no te haces responsable de lo que le hiciste a Quilian?

—De eso si. No te das cuenta que por culpa de él has sufrido mucho como la perdida de Yak y Raquel. La Reina Cuidadora te hizo entrar por él y en el proceso te hizo sufrir.

—Pero también conocí a Quilian.

—A mí también me conociste, y en el proceso  sufrí por ti.

—Entonces ódiame, y luego déjame en paz—Sugerí.

—No puedo hacerlo.

—Yo ya no quiero saber nada más de ti.

—Esta bien. Pero antes permíteme ser un verdadero cuidador. A pesar de que no debería existir porque tu no deberías de estar aquí.

—Pero qué  estas diciendo—Pregunté.

—Te quitaré todas tus lágrimas.

—¿Mis lágrimas?

— Quilian te sigue lastimando incluso después de muerto. Te duele recordarlo  porque sabes que ya no volverá y es por eso..

—Que sigas siendo mi cuidador no te da derecho a que urges en mis sentimientos.

—No soy  solo tu cuidador. También soy Alex, la persona que te ama, y por eso porqué te amo haré que olvides todo de la Ciudad de los Sueños.

—¡No te atrevas!

—Te duele recordarlo—Réplica—. Lo único que haré es ayudarte.

—No quiero olvidarlo.

—Demasiado tarde. Estuve esperando a que la última rosa quedara. En el momento en que se marchite nuestra rosa, yo desapareceré, y tú ya no volverás en la Ciudad de los sueños y con ello olvidarás todos tus recuerdos de esta  Ciudad y de Quilian.

Sus ojos me miraron decidido. Aquel Alex de mirada tierna e ingenua ya no existía. Solo había un Alex cuya mirada era apagada, adolorida, rota.

—No lo hagas Alex—Rogué.

—Salvaste la Ciudad de los Sueños pero no pudiste salvarme—Dijo.

—Yo no sabía que ibas a desaparecer.

Miró hacia la última rosa. Los pétalos iban cayendo de apoco.

—Pero yo si te salvaré. Te daré un nuevo comienzo—Dijo, cayó en el suelo tras decirlo y de su boca salía mucha sangre.

Me arrodillé junto a él asustada por toda la sangre que veía, y luego lo vi a él con esa mirada tierna. Esa mirada volvió.

—Alex, lo siento—Dije, me dolió verlo así. Y no poder hacer nada.

 A pesar de lo que hizo no puede tener un final así .

Mis ojos vieron a una mariposa blanca posar  encima de la rosa cuyos pétalos iban cayendo. Sabía que era la Reina Cuidadora.

—¿Hay algo que puedas hacer? —Le pregunté, mis ojos empezaron a llenarse de lágrimas.

—No puedo impedir que  la magia que utilizó para que olvides tus recuerdos no haga efecto. Es una magia oscura que los cuidadores tienen prohibido usar.

Su voz sonó más suave de lo normal, pero a la vez lo escuché claramente. Me tomó un momento asimilarlo.

—Puedes hacer algo por mí cuidador?

Los ojos de Alex se iban cerrando. Su cara se volvió más pálida de lo normal y la sangre terminó por salir.

—Alex cree que va a morir, en realidad su forma humana desaparecerá pero su forma  natural quedará. Es decir será una mariposa y así quedará para siempre—Dijo.

—¿Eso es bueno?

—Para él si. Alex no debería de existir así que  no es un Cuidador normal por ende no puede convertirse en un humano después de haber cumplido su misión de cuidador. Pero al parecer y a pesar de todo puede tener una segunda oportunidad; de seguir siendo una mariposa y  eso es bueno.

Eso me alivió.

Miré a Alex, sus ojos ya estaban cerrados. Su cuerpo  empezó a cubrir una extraña especie de tela araña azul.

—¿Qué le está pasando?

—No te preocupes estará bien. Ahora preocúpate de que después de despertar ya no podrás volver así como también lo olvidarás todo.

—No me preocupa no volver, como te había dicho después de que Quilian se fue ya nada tuvo sentido…

—Pero…

—Me duele saber que lo olvidaré—Dije.

La mariposa voló hacia mí, y se detuvo al  posar encima de la palma de mi mano. En cuestión de segundos desapareció su cuerpo de mariposa y apareció su cuerpo humana. Me miró con ternura al sujetar mi mano.

—Tengo este polen de rosa—Dijo, y enseguida lo esparció encima de mi, eso me produjo una tos.

—¿Para qué es?

—El polen de rosa te ayudará a que no olvides por completo a Quilian. Es decir podrás recordarlo como alguien que conociste en un sueño.

—Pero creeré  que los sueños son productos de la imaginación.

—Quizás lo hagas a un así estoy segura que verás algo bueno en todo eso.

No entendí pero antes de que pudiera decir algo, todo el campo de rosas blancas resucitó. Todo a mi alrededor volvió a tener color. Quedé maravillada.

Y fue lo último maravilloso que vi en la Ciudad de los Sueños.
 

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