Capítulo 27

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Acusada.

En la tarde después de lavar la ropa hice mis tareas de Matemática, luego salí al jardín para estar sola y en paz pero no lo logré porque enseguida cuando llegué al jardín la señorita Ross vino junto a mi.
Quise ser amable al preguntarle en qué podía ayudarla porque para alguna razón debe haber para venir junto a mi a pasos rápidos pero ella no colaboró lo primero que dijo al acercarse fue.

—Se que eres la chica que sale por las escaleras de emergencia—Dijo convencida.

—¡¿Qué?!—Dije—. Es una broma?—Hablé con sorpresa ante su acusación.

Me miró fríamente.

—Entonces dime por qué cuando vas a dormir te encuentras sin ningún rasguño pero cuando despiertas tienes muchas heridas y eso significa solo una cosa, y es que sales en las noches!.

No había tenido en cuenta pero las heridas de la ciudad de los sueños vienen conmigo al mundo real como la vez que esa bruja me atrapó había  tenido algunos rasguños, esos rasguños quizás fueron los que vio la señorita Ross.
Me miró esperando una respuesta.

—Si te  dijera como conseguí esos rasguños no me creerías—Dije.

—Estoy considerando que serás  expulsada a otro orfanato—Dijo.

"¿Expulsada?"

—Eres una mala influencia para las demás niñas—Dijo fríamente.

—Jamas e usado esas escaleras—Dije—. Lo juro.

—No confío en nada de lo que dices—Me miró enojada,  luego avanzó hacia el interior de la mansión del orfanato. Fui detrás de ella rogándole a que me creyera, ella fingió no escucharme. Caminó  hacia su oficina continué siguiéndola, cuando entró cerró la puerta por mi cara. Yo no sabía que hacer me sentí desesperada.

¿Acaso esto era una pesadilla, por qué me pasan estas cosas?.

Le toqué la puerta al decirle una vez más que no hice algo así, luego fui interrumpida por una voz femenina que provenía  detrás de mi.

—Veo que eres muy persistente—Dijo.Giré para ver quién era y me encontré con la señora Grisel. Me miró de pies a cabeza como si estuviese buscando algo en mi.Yo sentí que se me irizaba la piel.

—Con un poco de arreglo quedarías muy bien—Dijo, no supe si ofenderme o agradecer por sus amables palabras(sarcasmo).  Siguió observándome  como si fuera superior a mi, pero yo le tuve pena porque vestía tan elegante solo para venir al orfanato, acaso no sabe que aquí a nadie le importa su disfraz de bruja.
La señorita Ross de pronto abrió la puerta. Yo quise decirle  que me estaba acusando por algo que no hice. Mis palabras no pudieron salir de mis labios   porque la señora Grisel no paró de hablar desde que la vio. Yo no quise interrumpirla más bien temí en hacerlo, interrumpir a la señora Grisel al hablar es sinónimo de bruja activada al cien por ciento. La señora Grisel entró en la oficina de Ross y con un portazo cerró la puerta.

Esperé en frente de la puerta a que la señora Grisel se marchara y que saliera la señorita Ross. Pasaron minutos, luego horas. Mis piernas ya me dolían de tanto estar parada, así que me senté por mi pies, más tarde me volví a levantar, y volví a sentarme después y así sucesivamente hasta que finalmente se abrió la puerta.
La señorita Ross hablaba a Grisel al decir.

—La próxima vez iré yo junto a usted. No tiene que molestarse y venir hasta aquí—Habló muy amablemente.

—Tienes razón—Aseguró Grisel—. Nos vemos en nuestra próxima reunión—Agregó. Luego se despidió y caminó hacia los escalones que dirigían hacia la salida. Por suerte ni siquiera notó  que seguía presente.

Luego vi a la señorita Ross exalar aliviada, segundos después sus ojos se encontraron con los míos en ese instante  le pregunté si podíamos hablar.

—Estoy cansada—Respondió Ross e ingresó a su oficina. Antes de que cerrara la puerta ingresé.

—Por favor Alexa, ya lo discutimos—Me miró molesta.

—Fuiste la única que habló no me dejaste decir ninguna sola palabra—Expresé molesta.

—Y qué es lo que tienes que decir?.¿Mentiras?— Dijo

—Siempre acusándome, por qué nunca crees lo que te digo—Dije.

—Se acabó esta conversación. Vete de aquí—Con su mano señaló la puerta.

Me pareció una injusticia que no pudiera defenderme y aunque lo hiciera nadie me cree.
Salí furiosa de su oficina, y la empecé a odiar con todas mis fuerzas.
Fuí a mi habitación y quería desquitarme con todo lo que había echándolo al suelo pero pense que los muebles no tenían la culpa así que nada de eso serviría. Me tranquilicé y me senté en mi cama aún con preocupación. No quiero ir a otro orfanato de cuya gente desconozco su actitud hacia los huérfanos. ¿Qué pasa si en el otro orfanato las personas grandes son crueles con los huérfanos?

Alexa & La Ciudad de los Sueños Donde viven las historias. Descúbrelo ahora