Capítulo 8

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La regla número 4

Estaba  por el mismo callejón que una vez me encontré con Estefany la vez que no me reconoció, el mismo día en que perdí una amiga. Llegué a la tienda y vi que Raquel estaba ocupada a tendiendo a unos clientes, ella estaba muy concentrada enseñando unos vestidos que ni notó que había llegado, no quise molestarla a lo que me senté en un sofá a lado de la recepción y observé en dirección a la calle a través de la ventana de cristal, me sentí tan desanimada en mi mente se repetía: "Entonces así terminará, olvidaré todo".

Vi pasar al otro lado de la calle a unas niñas eran idénticas  a Hortensia y Elizabeth ese parecido me sorprendió   e inmediatamente caminé hacia la salida de la tienda, mis pies inconscientemente me llevaron hacia ellas. Mi mirada solo las tenía en dirección  a las niñas hasta que escuché una bocina e inmediatamente aparté mi mirada de las niñas llevándolo en dirección al sonido de la bocina en ese momento  me di cuenta que estaba en medio de la calle  y un auto estaba al costado de mi.

—¡Quítate de ahí—Gritó un hombre acompañado de su bocina.

Caminé rápidamente al salir,  me detuve en la acera en el lugar que había visto a las niñas pero que ahora ya no estaban, seguí buscándolas con la mirada pero ya no las encontré.

—¿Acaso me imaginé ver a las niñas? ¿Me estoy volviendo loca?—Dije confundida al mirar por el suelo

—No lo estás—Dijo alguien. Levanté mi mirada  y encontré unos ojos cafés observarme atentamente.

—Quilian, tu de nuevo—Dije sorprendida.

—Te molesta estar con un vagabundo—Dijo al mirarme seriamente.

—Dijiste  que no eras un vagabundo—Miré confusa.

—Tu tampoco estás loca—Respondió.

—¿Cómo sabes eso?—Lo miré atentamente esperando una respuesta.

Sus ojos cafés me miraron por un largo tiempo mientras que de sus  labios no salieron ninguna palabra. Su rostro estaba tan serio que hacía  que no pudiera  leerlo.

—Eres igual que Maximiliano—Dije.

"Alguien a quien no se le puede descifrar"

—Ese Maximiliano te gusta?—Dijo al poner una cara curiosa.

—No—Dije inmediatamente.

—Entonces por qué lo mencionas cada rato, ayer lo mencionaste en tu habitación y hoy—Respondió.

—Me espías, es por eso que me sigues por todos lados—Sospeché molesta.

—No es mi intención seguirte. Estoy aquí porque eres igual a mi—Dijo. No estaba entendiendo nada de lo que estaba diciendo.

—Había olvidado todo pero.. —Se detuvo al ver llegar a Raquel.

—Hija— Habló al llegar de repente junto a nosotros—¿Quién es él?— Me miró con una sonrisita extraña.

—Nadie—Respondí al mirarla.

—Se ve bien, acaso es tu novio?—Me susurró al oído mientras que su mirada no la sacaba de Quilian.

—¡Claro que no!. Ni siquiera lo conozco—Dije lo suficiente fuerte para que se escuchara bien claro.

—Eres amigo de mi hija—Le preguntó Raquel.

"Creí que había dejado en claro que ni siquiera lo conozco"

Quilian me miró por unos segundos y aproveché la oportunidad para hacerle una seña de NO con la cabeza,  luego él respondió.

—Solo soy un conocido.

—Pues así comienza todo—Dijo Raquel muy entusiasmada—Quieres ir a desayunar  con nosotras—Agregó inmediatamente después.

Quilian volvió su mirada hacia mí yo le hice un X con mis dedos. Segundos después asintió suavemente.

"¿Quieres llevarme la contraria?"

—Primero acompáñanos a la tienda tengo que medirle a Alexa su talla para un vestido—Le dijo Raquel.

*** *** ***

Raquel rodeó la cinta métrica por mi cintura, estaba parada frente a un espejo en el reflejo podía ver a Quilian, él estaba sentado en el sofá detrás de mi , su  mirada estaba hacia  la ventana de cristal. Después de que Raquel midiera mi cintura lo anotó  en un cuaderno lo mismo hizo al medirme la zona del pecho y cadera.
Cuando Raquel terminó de sacarme la medida giré hacia Quilian, él sintió mi mirada y me miró  con su seria expresión.

—Están jugando a la cara más larga?—Dijo Raquel al mirarnos—Iré a buscar mi bolso y ya nos vamos—Agregó después.

Miré a Raquel al marcharse cuando desapareció de mi mirada dije:

—No puedes venir con nosotras.

—Tanto te molesta mi presencia-Respondió.

—No confío en las personas de quien no puedo entender su comportamiento, por qué me sigues qué es lo que quieres de mi—Dije.

—Soy igual a ti—Dijo.

"Otra vez esas palabras"

—¿A qué  te refieres?—Dije.

—No soy de aquí, vengo de otro mundo. Ingresé aquí mientras dormía—Respondió.

—¿Tú también?—Dije impactada.

—Sí. ¿Entonces me crees?.

— Creo que dices la verdad...aunque hay algunas cosas que no puedo recordar pero de una cosa si estoy segura y es que en este mundo se ingresa mientras duermes entonces si sabes de eso seguro es verdad.
 

—Estas empezando a olvidar tus recuerdos—Dijo él—Se lo que se siente. ¿Qué te pasó en tu mundo real para que estés  sufriendo la regla N° 4.

 (Regla número 4°: Si no despiertas en tu mundo real olvidas todo de tu vida de ambos mundos)

—No se qué me pasó en mi mundo real que hizo que ya no pueda despertar ahí entonces aquí lo estoy  olvidando todo—Dije. Solo era consciente de eso, sin darme cuenta me olvidé de cómo llegué a esta situación—Ayer tenías la mirada perdida y te veías un completo vagabundo pero hoy— Me interrumpió.

—Había olvidado todo pero ya desperté tras  quedar dormido 48 hs al regresar en el mundo real recuperé mis recuerdos—Evitó  mirarme mientras lo decía .

— Y por qué quedaste dormido tanto tiempo—Me sentí curiosa al querer saber la razón.

—Ya están listos!—Dijo Raquel al llegar junto a nosotros, eso hizo que ya no pudiéramos retomar la conversación. Después de unos minutos llegamos a una tienda con nombre "café helado" el  lugar era tranquilo y acogedor creí que al  estar en ese ambiente la preocupación de que perderé  mi memoria completamente desaparecería pero lastimosamente no fue así en mi mente seguía calculando:

 “ Si después de dos días Quilian quedando dormido se olvidó de todo me pregunto cuanto me falta a mi para olvidarlo todo también”

Alexa & La Ciudad de los Sueños Donde viven las historias. Descúbrelo ahora