Capítulo 38

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 Accidente

Paso cinco días y todavía no e vuelto a la ciudad de los sueños, las palabras de Quilian se estaban haciendo real y es que él dijo “No todas las veces cuando duermas en el mundo real despertarás en la Ciudad de los Sueños a veces pasarán días o semanas para luego volver a despertar aquí, visitarás este lugar en menor cantidades en comparación a anteriormente y eso va dependiendo a la cercanía que estés en cumplir 18 años“.
 
Y él tenía razón, lo que al principio me dolió porque solo vendría hasta los 18 años ahora me empezaba a no importar y es que con tal de ir en este tiempo que me queda estaré agradecida.

E vuelto a crear y escribir en un Diario. En ella empecé a escribir todo lo que me a pasado; mi vida en la ciudad de los sueños, y es que quiero dejar registrado mi vida, mis recuerdos para así conservarlos por siempre cuando todo esto termine. Espero seguir escribiendo más acerca de la ciudad de los sueños que hasta ahora lo dejé en puntos suspensivos pero más que escribir acerca de la ciudad de los sueños quiero escribir acerca de Quilian, quiero verlo, conocerlo más cada día, siento que me falta mucho por saber de él, ojalá llegue el día en que pueda encontrarlo en este mundo real, ojalá que me ayude a encontrarlo para así cuando termine  la aventura en la ciudad de los sueños yo pueda seguir viéndolo en nuestro mundo real.

“Extraño a Quilian” fueron las últimas palabras que escribí en mi diario.

— ¿Quién es Quilian y por qué lo extrañas?—Dijo una voz detrás de mí. Me detuve al escribir, tapando rápidamente la tapa del cuaderno de mi Diario.

Giré hacia aquella voz y me encontré con los ojos entrecerrados de Grisel. Su mirada insinuaba sospecha.

—¿Quién es Quilian?—Repitió.
Me levanté de la silla de mi escritorio.

—Es un amigo—Dije, nerviosa.

—Lo conociste en el colegio—Preguntó al mirarme atentamente.
Asentí con rapidez. ¿Qué más podía hacer? ¿Decirle que lo conocí en la ciudad de los sueños?, definitivamente no.

Se ríe

—Que tonta eres—Dijo—. Tan rápido te enamoraste, se nota que en toda tu existencia nunca viste a un chico y ahora que tienes la oportunidad no pierdes el tiempo— Me miró con burla.

—No estoy enamorada... la verdad es que no lo sé. Pero no es como usted lo plantea—Respondí.

—Bien, bien, como digas—Dijo—.A lo que venía: David no podrá llevarte al colegio así que tengo que hacerlo yo, así que apúrate—Informó y ordenó, luego dirigió su figura de superioridad, cruel y burlona hacia la puerta al salir.

Ya tenía mi uniforme puesta solo me faltaba recoger unos libros de Matemáticas que estaba encima de mi escritorio, enseguida cuando lo hice salí.

Al bajar los escalones de la escalera me encontré con Brian no me dirigió la mirada, yo puse una cara de asco porque volví a oler en él el humo de cigarrillo.

Llegué junto a Grisel ella estaba en frente de la cochera hablando por teléfono, noté que su cara estaba pálida. Me acerqué lentamente hacia ella parecía estar congelada de miedo.

—¿Estas bien?—Dije.

—Ve a llamar a Brian, dile que venga rápido—Dijo con voz temblorosa.

—¿Por qué?

—¡Apresúrate!—Dijo, empezó a respirar de forma irregular y presionaba con fuerza su corazón.

Algo grave la estaba pasando, así que corrí hasta el interior de la casa, al ingresar empecé a gritar el nombre de Brian, no hubo respuestas de él así que subí los escalones, y fui a su habitación. Ingresé a su pieza apurada y sin tocar.

—No sabes tocar—Dijo al mirarme enojado desde su escritorio.

—Grisel necesita que vayas junto a ella—Le dije mientras respiré de forma irregular por el cansancio efecto de la corrida.

—¿Por qué?—Me miró seriamente.

—Algo pasó, ella se ve muy pálida— Dije.

Tras esas palabras salió corriendo preocupado, fui detrás de él. Brian fue el primero en llegar junto a Grisel quien estaba sentada en la vereda de la casa, yo estaba a pocos pasos de ellos.

—Mamá, estás bien—Le preguntó Brian preocupado.

—David… tuvo un accidente en su coche—Dijo, y empezó a llorar.

“¡Qué!”

 Mi corazón empezó a latir tan rápidamente tras esas palabras.

—En donde está él, hay que ir a verlo—Dijo Brian apresurado.

—Está en el hospital central— Respondió Grisel mientras le temblaba las manos y los labios.

Caminó con cierto desequilibrio hacia el auto. Fui junto a ella, le agarré del brazo y ella se apoyó en mí para caminar. Brian se dirigió hacia la puerta del conductor, luego Grisel entró sentándose en el asiento del acompañante, mientras que yo me senté  en el asiento de la doble cabina del auto.

Mientras nos dirigíamos hacia el hospital en donde se encontraba David, la señora Grisel lloraba mientras se arrepentía de haber tratado tan mal el día de ayer a su marido y es que ayer ambos tuvieron una discusión y fue debido a que Grisel le echó a la cara todos los favores que su padre (El candidato a Senador)a hecho por David. Grisel dijo  que gracias a su padre, David tiene su trabajo y su prestigio. Le repitió reiteradas de veces que era un mal agradecido porque ahora David estaba dando la espalda a la candidatura de su suegro. Eso parecía ser la causa de que Grisel explotara de enojo con David ayer.

Cuando llegamos al hospital ingresamos rápidamente, nos detuvimos en la recepción cuando Brian preguntó en qué habitación estaba David Darker, la señorita que atendía buscó en su computadora la información. Despues de un tiempo respondió:

—En el cuarto piso. Sala 15.

Caminamos hasta el ascensor, la señora Grisel se veía muy débil, había parado de llorar pero estaba congelada de miedo. Segundos después de salir del ascensor Grisel se desmayó por fortuna Brian fue rápido y la sostuvo con los brazos evitando que se cayera al piso. Brian la cargó al llevarla por el pasillo, mientras yo pedí ayuda, vino una enfermera con una camilla, ésta la llevó hacia una habitación, Brian las acompañó pero antes me pidió que fuera a buscar la sala 15  en donde David se encontraba.

Caminé por el pasillo manteniendo la mirada hacia las puertas que indicaban ser 12, 13,14, hasta que finalmente encontré el 15. Me dirigí hacia la sala quince.  A unos metros de llegar vi a un Doctor salir de la Sala. Me interpuse en su caminó al decir..

—Disculpe. Esta es la sala en donde está David Darker—Pregunté para cerciorarme si era la correcta.

—Así es—Dijo  el Doctor.

—¿Cómo se encuentra?

—Eres algún familiar—Preguntó

—Sí. Soy…  su hija—Contesté.

—No te preocupes. Acabamos de hacerle un examen físico y todo indicó que está bien a excepción de que tiene algunas pequeñas heridas en los brazos y parte de la cara.

—Entiendo, y...

—Más tarde puedes pasar a verlo. Ahora a quedado dormido. El accidente le había dejado en estado de shock cuando llegó así que te pediría que lo dejes descansar por ahora.

Asentí aceptando de que haría lo que había pedido pero enseguida cuando se fue me acerqué en la habitación en donde estaba David.

Alexa & La Ciudad de los Sueños Donde viven las historias. Descúbrelo ahora