Capítulo 55

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Mi Diario.


Mundo Real.
Antes de ir al colegio volví a buscar mi diario. Mi diario es mi reliquia más personal, en ella tengo todos mis escritos de la Ciudad de los Sueños, de Quilian. No puedo permitir perderlo.

—¿Alexa no estás pensando en ir al colegio? —Escucho la voz de Grisel detrás de la puerta. Miro hacia el reloj que está encima de mi mesita y veo que son a las siete. La hora de entrada son a la siete y media pero lo que lleva ir en el bus y las paradas tardaré, en resumen llegaré tarde a menos de que David me lleve.
Busco inmediatamente mi mochila y me dirijo a la puerta. Lo abro, veo a Grisel que parece estar esperándome.

—Buen día, Grisel—Saludo y no me detengo. Camino con pasos rápidos hacia la escalera.

—¿Quieres que te lleve? —Dice Grisel al caminar detrás de mí.

A que venía su amabilidad pero..

—No. Seguro David me llevará.

—Tu padre no está. Él ayer acompañó a Brian para la competencia de carrera. Recién está tarde vuelven.
Enseguida cuando asimilo lo que dice me detengo. Giro hacia ella y la observo

—Entonces aceptaré tu propuesta.

—Bien—Responde, y se adelanta al bajar las escaleras.

Enseguida cuando Grisel llega a la sala recoge la llave de su auto que estaba ubicado en la estantería junto al televisor.

—¿Estas bien? —Le digo. Me parece raro que se ofrezca para llevarme.

—Claro.

Esas palabras no me llegan a convencer totalmente.

—Es por qué quiero llevarte al colegio. Te parece raro?—Dice.

Me detengo en frente de la puerta, ella me alcanza con la llave en mano.

—Pero si siempre te llevo, por qué te parece  raro—Vuelve a preguntar antes de que yo pueda responder.

—Lo haces por David que te obliga. No por mi.

—Entonces crees eso? —Estaba en frente de mi y me miraba de una forma incrédula

—Una vez me dijiste que me habías tomado cariño. Pero eso son solo palabras ¿Verdad?.

Me miró como si aquellas palabras que dije la hubiesen lastimado.

—Claro que no. Yo sí te quiero. Eres mi hija—Lo dijo fuerte y lo suficiente claro como si quisiera que sus palabras quedaran en mi mente.

—Sé que no tuviste una buena primera impresión  de mi. No e sido la mejor de las personas, no he hecho las cosas bien. Lo acepto. Aún así podrías depositar en mi una pizca de tu confianza
.
Sus ojos me miraron rogándome.

—Confía cuando te digo que te quiero. Porque es un amor sincero de madre a hija—Agregó.

Sus palabras me conmovieron, no supe que decir. Estos dos meses ella a estado comportándose afectuosa conmigo pero nunca confié que fueran sinceras. Siempre e estado en alerta al sospechar que sus buenas acciones hacia mí  no eran genuinas.
Mi desconfianza hizo que no pudiera abrir mi corazón completamente a ella.

Pero hoy decido abrirla.

—Bien, y apresurémonos o llegaré tarde al colegio, Mamá.

Sus ojos se abrieron de sorpresa. Me miró con emoción. Le tomó un tiempo para volver a hablar.

—Tienes  razón—Dijo, sus ojos se cristalizaron al seguir observando me.

—Bien—Dije, tomé la delantera al salir por la puerta.

Entonces el Mundo Real  me está dando una madre que me ama.

*** ***

Anahí había vuelto a clases y con ella todo su humor. Las horas de clases pasaron volando, y en el receso con ayuda de Anahí fui a buscar mi diario en la biblioteca porque supuse que era el único lugar en donde podía encontrar, pero me equivoqué.  
Perdí toda esperanza de encontrar mi diario.

En la hora de la salida la profesora de literatura detuvo mis pasos al pedir  hablar conmigo.

—Esto es tuyo—Agregó al detenerme junto a ella. Enseguida me pasó mi diario.

—¿Qué está haciendo usted con algo tan personal? —Dije, confusa.

—Ayer lo encontré junto con los libros que me entregaste.

—Entiendo—Agarré mi diario, y antes de que pudiera agradecer de que me diera mi diario, dijo:

—Me a encantado el cuento que has escrito en ella.

—¿Cuento?... Espera, leíste mi diario—Pregunté.

—Lo siento me dejé llevar por la historia. Fue maravilloso adentrarse en esa historia de ficción que creaste.

—No es ficción, es privado, es mi diario—Dije, molesta.

—Entiendo que creas que no es ficción. Porque existe muchas partes de la historia que coincide con tu descripción; de chica huérfana. Pero en esa historia la chica cada vez que duerme entra en una ciudad de los sueños y eso tu lo imaginaste y lo creaste de una manera sorprendente.

—No importa lo que creas o..

—¿Por qué no lo publicas?

—¿Publicar, qué cosa?

—Esa historia es muy buena.

—Es privado.

—¿No hay forma en que lo reconsideres?

—NO

—Entonces cometí un grave error al inscribirte en un concurso de novela.

—Que hiciste qué?

—Fotografié tu mano escrito y lo envié para el concurso.

—¿Cómo pudiste hacer eso sin mí consentimiento?

—No te das cuenta que inscribirte fue una gran oportunidad para ti como escritora.

—Es mi escrito. Y yo decido  que hacer con ella. Elimina tu inscripción o lo que sea o sino te denunciaré por derecho de autor.

Me sentí enojada, frustrada. Si nada más que agregar salí de ahí.
En el estacionamiento Grisel me estaba esperando en el auto. Llegué junto a ella e ingresé al vehículo.

—¿Te encuentras
bien? —Fue lo primero que dijo.

—Si—intenté sonar tranquila.
Mientras arrancaba me miró por el espejo retrovisor, parecía no creerme. No le hice caso, me acomodé en mi asiento, cerrando  los ojos intenté dormir.

Ahora y mediante la Reina Cuidadora  cada vez que duermo despierto en la Ciudad de los Sueños así que es muy posible que una vez que duerma despierte ahí

Y así fue.

Alexa & La Ciudad de los Sueños Donde viven las historias. Descúbrelo ahora