Hestia estaba sentada en su silla de escritorio en su despacho. Su secretaria le leía su horario laboral; eso era lo que la mantenía ocupada, para no pensar en Heros.
—Mañana en la tarde está programada una junta directiva, para presentar al nuevo accionista de la compañía —dijo Ava, mientras sostenía la tableta tecnológica.
Al día siguiente, Hestia se preparó de mala gana. Sus cambios de humor eran de estar enojada, enfadada, molesta, irritada y aburrida.
—Quizás Heros te ponga feliz —dijo Deméter, con afán de molestarla—. A ver si te soporta ese carácter del demonio que te cargas.
Hetia salió rumbo a la compañía. ¿Por qué todo era tan aburrido y sin gracia? Pronto tendría que encontrar a un CEO, para que se hiciera cargo de su empresa. El embarazo avanzaría y no podría estar tan ocupada, por lo que solo se mantendría en el puesto de presidenta ejecutiva. Moldeó una sonrisa astuta en sus labios cincelados, porque tenía al candidato perfecto, Heros Deale. Ya había trabajado un tiempo allí como su asistente, por lo que conocía a los empleados y el funcionamiento interno. ¿Y qué iba a decir los demás? Si había sido su asistente, estaba esperando un hijo de él y ahora lo ascendía al cargo más importante. Pues lo que los demás dijeran la tenían sin cuidado. Era Hestia Haller y hacía lo que le diera le gana, para eso era rica y poderosa. Al llegar, subió por el ascensor, donde fue recibida por los ejecutivos de alto cargo.
—Bienvenida, señora Haller —dijo el CEO de la compañía—. Siempre es un honor y un placer tener la presencia de una mujer tan ilustre y distinguida como usted.
—Sé breve y acaba con esta reunión lo antes posible—dijo Hestia de forma imperativa y se dirigió hasta su puesto en la larga mesa de la oficina. Allí se sentó a esperar, en tanto Ava estaba detrás de ella.
Heros se había hecho con las acciones de la compañía en la que también estaba Hestia. Había hablado con CEO y lo presentarían a los otros socios en la junta directiva. De hecho, sería ese día. Se había puesto uno de sus mejores trajes de sastre, para asistir a la reunión. No había vuelto a tener contacto con Hestia desde aquel día que se encontraron; no, cuando ella le fue a reclamar del porqué había ido con Lacey. Luego fueron a un restaurante, para pasar la tormenta. Su vida, después de Hestia Haller era más tranquila y pacífica, como lo era antes de conocerla. Pero ya se había acostumbrado a la agitada y movidas noches con ella. Conducía su auto de camino al edificio administrativo; ya eran más de las dos de la tarde. En el mes que había pasado había hecho avances en su propia. Sin embargo, la única persona que quería que viera sus logros y superación, no estaba allí con él. Aquellas muchachas con las que había estado hablando lo habían invitado a fiestas, pero se había negado por su trabajo, y porque en realidad no deseaba estar con nadie más. Era un tonto, porque seguía siendo fiel y leal a esa perversa mujer que en una ocasión lo había tratado mal. Pero luego ella había expresado que se había equivocado al hacerlo, aunque no hubiera pedido una disculpa formal. ¿Cuánto tiempo se podía estar enojado con alguien? Y otro asunto, ¿cuánto se duraba estar enfadado de la persona de la que estás enamorado y a la que amas? Según los especialistas, menos de una hora. Ya la había hecho una propuesta de un futuro juntos a Hestia, y pesar de haber sido rechazado, todavía guardaba la esperanza de que sí podrían estar juntos. Aunque, eso ya era decisión de Hestia. La esperaría por algunos años, quizás, toda la vida. Detuvo el auto en estacionamiento y se pasó la mano por la cara y suspiró. ¿En qué era lo que estaba pensando? Ese encantamiento que le había hecho Hestia todavía lo hacía fantasear locuras. Bajó del carro y agarró su maletín. Primero fue a la recepción, donde le dijeron el piso en el que se llevaría a cabo la reunión. Esperaba dentro del ascensor, hasta que estuvo en el nivel indicado. Allí lo recibió el secretario del director, quien le anunció a su señor que ya había llegado el nuevo accionista. No habían pasado muchos minutos desde que Hestia había llegado al despacho.
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La Jefa (BDSM)
RomanceElla es la multimillonaria, fría, arrogante y experimentada, adicta al concúbito. Mira a todos por encima del hombro o con su hermoso rostro levantado, mientras los demás agachan su cabeza, postrándose ante su majestuosa presencia. Hechiza a hombres...