#Elysian
-Bien, eso es una expresión más o menos ... Humana.
En donde Spencer Reid se encuentra en una extraña batalla de sarcasmo en la cual no sabe cómo entro.
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La sala de conferencias de la UAC estaba llena de papeles, pizarras cubiertas de notas y los ecos de una conversación interrumpida por la intensidad que los envolvía del caso.
Mía estaba de pie junto a la mesa, observando la pizarra con atención, mientras que el doctor Spencer Reid estaba enfrente de ella, repitiendo la información del perfil que ambos estaban tratando de descifrar , caso que tenían entre manos era bastante complicado.
Un asesino de estilo meticuloso y calculador, alguien que se movía con una precisión casi quirúrgica. Cada detalle importaba, y cada pista que encontraban parecía abrir más preguntas que respuestas.
Spencer estaba explicando la cronología de los crímenes, sus ojos brillaban con esa intensidad que siempre mostraba cuando estaba en su zona, cuando la información fluía a través de su mente como una corriente incontrolable.
—Si seguimos la ruta de los ataques, lo que tenemos es un patrón claro: cada crimen ocurre en un intervalo de 72 horas exactas. Eso sugiere una compulsión... El asesinato está tan calculado que el asesinato mismo parece... —comenzó Spencer, pero fue interrumpido de repente por uno de los oficiales que estaba en la sala, un hombre de unos 40 años con la cara cansada de noches sin dormir.
—¡Perdón, Dr. Reid! —dijo el oficial, interrumpiendo la explicación con un tono de frustración que hizo que la atmósfera en la sala cambiara casi al instante—. Pero ya hemos discutido este patrón. ¡¿No podemos avanzar más?! Esto es demasiada teoría. Necesitamos una respuesta real.
El aire en la sala se tensó inmediatamente. La itliana, que hasta ese momento había estado observando el intercambio con paciencia, frunció el ceño al escuchar la interrupción.
Sabía que, en situaciones como esta, las emociones podían nublar el juicio, pero no podía evitar sentirse irritada. Spencer había estado trabajando incansablemente en este caso y, por lo general, su paciencia era infinita.
Sin embargo, esa interrupción en medio de una explicación la hizo saltar.
—¿Perdón? —dijo la castaña, su tono mucho más firme de lo que normalmente solía ser en la sala—A ver, caballeros, este "hombre de teorías" como usted lo llama, acaba de exponer un dato crucial para resolver todo esto, y lo interrumpe porque está abrumado. Quizás debería ir a tomar un café y descansar un poco antes de seguir interrumpiendo al único que tiene una pista real de lo que está pasando aquí.
El oficial la miró sorprendido, como si no esperara tal respuesta. La tensión creció cuando Mía continuó con una mirada firme hacia Spencer.
—Dr. Reid, podrias continuar por favor —dijo, su tono más suave ahora, como una mano invisible que lo instaba a no dejarse desbordar por la falta de profesionalismo del policía.
