#Elysian
-Bien, eso es una expresión más o menos ... Humana.
En donde Spencer Reid se encuentra en una extraña batalla de sarcasmo en la cual no sabe cómo entro.
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El aire en la sala de reuniones estaba cargado, bastante cargado.
El equipo revisaba las pistas más recientes del caso, pero no había avances que fueran realmente significativos. Spencer hojeaba los informes con una concentración casi desesperada mientras Mia reunía más información.
Su teléfono, colocado boca abajo sobre la mesa, vibró de repente. Ella lo miró con una mezcla de temor y agotamiento antes de deslizar el dedo para contestar.
—¿Hola? —dijo, intentando mantener la voz firme.
Un silencio incómodo se extendió al otro lado de la línea antes de que la conocida voz distorsionada de su acosador rompiera la calma.
—¿Estás disfrutando la compañía de tus amigos, Ángel?
Entonces su cuerpo por completo se tensó, y todo el equipo notó el cambio. Spencer, sentado a su lado, la observó con atención, sus manos se detuvieron sobre el papel.
—¿Qué quieres? —respondió Mia con un tono frío, aunque podía sentir el nudo en su garganta.—Honestamente hoy no tengo deseos de lidiar contigo.
—Solo quería recordarte que siempre estoy cerca. Te veo, Mia. Incluso cuando crees que estás a salvo, estoy ahí.
—¿Eso es todo? Porque no tengo tiempo para tus juegos —replicó, intentando sonar sarcástica, pero la voz le temblaba ligeramente.—Y a demás ya sé que siempre estás cerca, recibí tu caja y tus fotos... Oh, también tus amenazas.
El hombre soltó una risa baja.
—Oh, no, Ángel, esto no es un juego. ¿Sabes qué sería interesante? —Realizonuna pausa para generar algo de tensión— Si te apartaras de Spencer por un momento. No quiero que te distraigas.
Spencer se tensó al escuchar su nombre, sus ojos quedaron fijos en el rostro de Mia. Ella, por su parte, sintió que la sangre se le helaba.
—Deja de mencionarlo. Esto es entre tú y yo ¿no es lo que siempre dices? —dijo, apretando el teléfono con fuerza.
—Pero él es parte del problema, ¿no?—Pregunto mientras repetía la pregunta que ella le había hecho — Tal vez debería demostrarte lo que soy capaz de hacer con alguien como él.
—¡No te atrevas! —gritó Mia, incapaz de controlar su reacción.
La llamada terminó abruptamente, y Mia dejó caer el teléfono sobre la mesa, respirando profundamente para calmarse.
—¿Qué dijo? —preguntó Hotch, su voz firme pero calmada.
La castaña le lanzó una mirada rápida a Spencer antes de responder.
—Lo mismo de siempre— expresó. Sus manos acariciaban su cien, tenía un gran dolor de cabeza en aquel momento—pero esta vez mencionó su nombre.
Spencer frunció el ceño, y Hotch intercambió una mirada con Morgan, quien se cruzó de brazos, claramente preocupado.
