#Elysian
-Bien, eso es una expresión más o menos ... Humana.
En donde Spencer Reid se encuentra intrigado por su nueva compañera Mia Belucci.
O en donde Mia Belucci encuentra una extraña comodidad con Spencer Reid.
Inicio: 28/10/2024
Termino: 02...
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Mía Belucci nunca se definió a sí misma como una persona fuerte y valiente por sí misma, había levantado muros a su alrededor, creó un mecanismo de defensa a través del sarcasmo solo para poner un límite entre ella y sus pacientes.
Sé cuidaba, claro que lo hacía. Su trabajo lo demandaba. Pero no era una súper mujer, aunque lo pareciera, al fondo de aquella máscara se encontraba una joven mucho mas cálida de lo que dejaba entrever.
Quizás eso le llevó a estar ahora en todo momento alerta, desde que salía de su apartamento hasta que llegaba a la oficina.
Miraba cada esquina de cada semáforo, observaba por el retrovisor para asegurarse de que nadie la seguía.
—Ya basta, oh terminaré por volverme loca— Se dijo a su misma para después simplemente soltar una pequeña risa— Ya habló conmigo misma eso debe acercarme a algo de seguro.
[•••]
El aire de la oficina de la UAC, se sentía denso y opresivo, podías sentir la tensión en cada rincón de la oficina.
Los ojos brillantes de Spencer los que normalmente estaban inundados de curiosidad ahora tenían un semblante preocupado.
Por otro lado, la psicóloga de la unidad se mantenía en su escritorio, tratando de concentrarse en los perfiles preliminares que le habían enviado y las notas que tenía del caso.
De lo que había dilucidado había algo profundamente inquietante, no solo mataba por matar: estaba obsesionado, las víctimas mantenían un patrón físico y ese aspecto era bastante similar al de Mía.
—¿Has comido algo?— la suave voz de Spencer Reid llegó hasta sus oídos.
Mía levantó su mirada de los informes y solamente pudo dedicarle una mirada cansada.
—Estoy bien Spen— respondió por medio de un suspiro mientras sus dedos tamborileaban sobre algunos expedientes— Intentó encontrar un patrón que se me haya pasado por alto.
—Estoy intentando evitar pensar en que este sujeto está un paso por delante de nosotros— murmuró casi, bajando la voz para que nadie más lo pudiese escuchar— Y, claro me Preocupa que te tenga en la mira.
Antes de que la joven castaña le pudiese responder, el teléfono personal de la psicóloga comenzó a sonar. Ambos intercambiaron una mirada, aquel sonido que anteriormente parecía simplemente pasar desapercibido, ahora parecía un trueno en medio del silencio.
El genio frunció el ceño, para su lógico análisis no era común que alguien llamara a estas horas.
La italiana tomó su móvil observando el número desconocido parpadear en la pantalla. Su corazón martilleaba contra su pecho, pero intentó mantener la calma mientras respondía.