[\] TREINTA Y UNO

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T R E I N T A Y U N O
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La mañana había comenzado tranquila en la oficina de la UAC

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La mañana había comenzado tranquila en la oficina de la UAC. Spencer Reid estaba sentado en su escritorio, hojeando un informe, pero su mente estaba lejos de los casos que solían ocupar su atención.

Sus pensamientos estaban completamente enfocados en alguien más: en la psicóloga que se había convertido en su confidente, su aliada... y quizás en algo más.

—¿Estás bien, niño bonito? —La voz grave y burlona de Derek Morgan interrumpió sus pensamientos.

Spencer levantó la vista, encontrándose con la sonrisa traviesa de su compañero.

—¿Qué? Sí, estoy bien. ¿Por qué lo preguntas? —respondió, tratando de sonar casual, aunque el ligero rubor en sus mejillas lo traicionaba.

Morgan entrecerró los ojos, estudiándolo.

—Déjame adivinar... —dijo, apoyando las manos en el escritorio de Reid con una mueca de como si se estuviera esforzando—. Tiene que ver con nuestra encantadora psicóloga, ¿verdad? Has estado con la cabeza en las nubes desde... bueno, desde que te llamaron para recogerla aquella noche.

Spencer frunció el ceño, intentando parecer ofendido, pero Morgan no se dejó engañar.

—Mira, Reid. Si realmente te importa— Su voz ahora sonaba mucho más seria — deberías dejar de pensarlo tanto y hacer algo al respecto. ¿Cuánto tiempo más vas a quedarte al margen, esperando que el destino haga el trabajo por ti?

Spencer suspiró, bajando la mirada hacia el informe que había estado fingiendo leer.

Sabía que Morgan tenía razón, pero la duda y el miedo siempre habían sido sus peores enemigos cuando se trataba de sus propios sentimientos.

—No es tan sencillo, Derek. No quiero arruinar lo que tenemos... y no estoy seguro de lo que ella siente —admitió, en un tono muchísimo más bajo.

Morgan le dio una palmada en el hombro con un gesto alentador.

—Escucha, hermano. A veces, necesitas salir de tu zona de confort— le animó— Invítala a salir, pero no como compañeros de trabajo. Invítala a una cita, una real. Descubre si hay algo más entre ustedes.

Spencer lo miró, dudando.

—¿Y si dice que no?

Morgan se echó a reír.

—Entonces, al menos sabrás la verdad. mi apuesta es que ella no te dirá que no. He visto la forma en la que te mira, y que el poder me ayude por sí se entera que te dije esto — le dijo inclinándose hacia el doctor — No la viste cuando te llevaron al hospital Reid. Confía en mí. Invítala.

Spencer respiró hondo, asimilando las palabras de su amigo. Sabía que no podía seguir huyendo de sus propios sentimientos. Tomando una decisión impulsiva —algo que no era para nada propio de él—, se levantó de su silla y se dirigió hacia el escritorio  de la castaña.

𝐄𝐥𝐲𝐬𝐢𝐚𝐧 - 𝐒𝐩𝐞𝐧𝐜𝐞𝐫 𝐑𝐞𝐢𝐝.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora