#Elysian
-Bien, eso es una expresión más o menos ... Humana.
En donde Spencer Reid se encuentra intrigado por su nueva compañera Mia Belucci.
O en donde Mia Belucci encuentra una extraña comodidad con Spencer Reid.
Inicio: 28/10/2024
Termino: 02...
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La noche había caído sobre Quantico, y la oficina de la UAC estaba desértica, excepto claro por dos figuras, que permanecían inclinadas sobre una mesa de trabajo llena de documentos, mapas y fotos de las diferentes escenas del crimen.
Mía y Spencer se habían quedado hasta tarde, lo cual para ninguno de sus otros compañeros era una sorpresa, ambos intentaban decifrar los últimos detalles de un caso complejo que los había tenido trabajando por días.
—Creo que deberíamos de revisar este patrón que se genera en donde fueron vistas las víctimas por última vez— el dedo de la joven psicóloga señaló el punto del mapa que mantenían en la mesa — Si analizamos los desplazamientos con detalle, podríamos organizar algún vínculo.
Spencer el cual mantenía la mirada de su cuerpo aún inclinado sobre la mesa observó los puntos que mencionaba la joven y asintió, bebiendo un sorbo de café, el cuarto de su día.
—Concuerdo. Además, noté que las horas en las que desaparecen están sorprendentemente cerca de la media noche, lo cual podría ser un elemento de control que el ignoto necesita— le comentó con voz baja.
Pasaron entonces los siguientes minutos concentrados en trazar líneas, en el mapa, uniendo puntos, compartiendo teorías que cada uno tenía y sugiriendo los posibles motivos.
Sin embargo a medida que la noche avanzaba y el silencio se acentuaba en la oficina, una extraña tranquilidad comenzó a envolverlos a ambos. La castaña, se estiró dándole una rápida mirada al reloj de la sala.
—¿Ya son casi las dos de la mañana? — murmuró, aun así el toque de sorpresa se mantuvo en su voz— Deberíamos de recibir una medalla por esto. Aunque... tal vez un café extra también sirva.
Spencer dibujó una sutil sonrisa en sus labios, y en un acto que hubiese sorprendido a más de una persona. Aunque a decir verdad, sí sorprendió a la castaña, Spencer Reid le tendió su propia taza de café.
La mirada de la castaña pasó desde la mano estirada del genio escalando hasta sus ojos, Spencer Reid el que padecía fobia de los patogenos que se pueden transmitir le ofrecía su propia raza de café.
—Definitivamente trabajar hasta esta hora sin un café es pedirle demasiado al cerebro.— las palabras del genio quizás fueron las que la animaron.
Mía aceptó la taza que aún le ofrecía, de la cual bebió un pequeño sorbo antes de regresarla a su dueño.
—¿Cómo terminaste aquí Spen?— preguntó, se sentía realmente curiosa sobre aquel punto— Eres de los más jóvenes aquí, a demás de que eres un genio, estoy segura de que hay una historia interesante detrás de eso.
Spencer se incorporó entonces, sorprendido por la pregunta y la interés detrás la misma, se recostó en su silla, como si necesitara unos segundos antes de hablar.
—Bueno no hay una historia realmente espectacular, me gradué muy joven. Tenía unos doce años cuando empecé la universidad. Crecí en las vegas, con mi madre y... — su voz bajó ligeramente antes de siquiera continuar — Tiene esquizofrenia, eso también me hizo querer buscar respuestas no solo para mí, si no también para entenderla.
La castaña lo escucho con atención, sorprendida por la vulnerabilidad que había mostrado y de un modo sintiéndose grata al escuchar las palabras del más alto.
Conocía de cerca las dificultades y desafíos de quienes vivían con enfermedades mentales, pero no imaginaba que Spencer cargara con algo así.
—Eso explica tu personalidad— murmuró, mirándolo con un ligero brillo en sus ojos— tu habilidad para entender a las personas. Incluso en los casos más difíciles, va más allá de algún talento.
Spencer elevó ligeramente las comisuras de sus labios, había esperado a sentirse incómodo ante la total atención de la joven, pero no fue así.
—Aprendí que el conocimiento, no siempre te dará las respuestas que esperas, pero bueno ¿y tú? Trabajar en cárceles no debe ser precisamente un buen ambiente, sobretodo si eres tan joven ¿cómo llegaste a ese Mundo?
La castaña soltó una risa sin gracia, dio ligeras vueltas en su silla antes de responderle.
—Digamos que siempre tuve un sentido de la justicia... diferente —Explicó, encontrando nuevamente los ojos del genio— Sabía que quería estudiar psicología desde muy joven. De hecho desde muy joven lo hice, pero a medida que avanzaba sabía que no me conformaría con trabajar en una oficina privada — continuó, tomándose un momento antes de continuar— así que cuando tuve el momento de hacer prácticas en una prisión acepté.y ya sabes, una cosa llevo a la otra.
Spencer la observó, asintió ante cada una de sus palabras.
—Debió de ser difícil, enfrentar situaciones, sin un entrenamiento adecuado.
—Lo fue — Respondió la castaña con una sonrisa nostálgica — pero, en cierto modo, me mantuvo en bastante alerta, no tienes tiempo para dudas, tienes que ser rápida — De encogió de hombros, restándole quizás importancia — Supongo que todo esto me ayudó a no involucrarme emocionalmente.
Cada momento que el doctor compartía con ella, podía ir escarbado capa a capa, se sentía un paso más cerca de la castaña y podía comprender aquel instinto de supervivencia.
—Quizás eso te trajo a la UAC, aquí también se puede utilizar un escudo — Comentó— aunque eso suene en completo contradictorio.
—Tienes razón— la italiana asintió sin mover su mirada del joven genio— Es como si mantuviéramos una barrera entre lo que vemos u lo que somos.
Entonces ahora ambos se miraron en un momento de silencio, ambos aprendieron aquella noche que quizás eran más similares de lo que esperaban, los dos pasaron por situaciones difíciles, ambos conocían el peso de tomar decisiones de valor.
—Aunque— añadió el joven rompiendo el coloso silencio que se había instalado entre ellos— creo que podría aprender demasiado de ese mecanismo de defensa tuyo.
—¿Seguro de eso Speny boy? — le preguntó con una sonrisa por completo diferida — no quiero ser la culpable de que te corrompas... aunque si quieres aprender podría hacer una excepción ¿sabes? Eres alguien muy... interesante.
Spencer se había preparado mentalmente para cada una de las respuestas que la joven frente a él podría darle, más parecía que nunca estaría cien por ciento preparado para ello.
De una forma u otra, Mía siempre se las arreglaba para dejar al doctor sin palabras, y su repertorio de palabras era casi infinito, pero siempre lo atribuía al hecho de que en el campo femenino, Spencer Reid no era muy diestro, incluso pensaba que era más sencillo leer toda una saga de libros.
—Es turno de conseguir café Spen, y si puedes trae una taza para mi, a no ser que no te importe seguir compartiendo el tuyo— le guiño ligeramente el ojo antes de volver a poner su atención en el mapa — Después de todo tenemos una larga noche por delante.
El de cabellos desordenados y castaños, se puso de pie, y entonces comenzó a caminar a la cafetería del piso para buscar dos tazas de café.
Tenía una nueva sensación en su pecho. Una calidez a la cual aún no podía denominar, pero por primera vez en mucho tiempo se sentía acompañado.
¡Holaa! Dos capítulos en un día ¿qué es esto? Pero vi tantos comentarios bonitos que dije, subiré otro, si es mi emoción trabajando por mi. Realmente no saben lo bonito que siento al escribir sobre mis bebés. Nos veremos en la próxima.