No moveré un dedo

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Elizabeth se encontraba llorando en aquellos momentos, se sentía fatal, no podía pensar otra cosa que no fuese eso.

Louis lo sabía, tenía tal vez una hora metido en su cabeza, escuchando lo desagradable que había sido todo para ella. Nunca le había interesado, pero por alguna razón ahora le hacía sentirse como una basura, él la había lastimado y no quería eso, estaba molesto pero también quería tenerla, quería hacerla suya una y mil veces y lo había hecho ya, lo había disfrutado como nunca, pero la había lastimado y no lo valía. Dio una boconada de aire y su voz salió débil. 

- Lo siento- susurro Louis.- yo no quería lastimarte, de verdad que no quería, no sé qué ha pasado, soy un idiota Elizabeth, pero de verdad estoy enamorado de ti, de verdad no tienes idea todo lo que estoy haciendo para que estemos juntos.

- No quiero estar contigo.

- Lo dices porque estas molesta.

- Lo digo porque es la verdad, no tienes idea de cómo me has dañado de tantas maneras distintas.

Louis giro para encontrar su cuerpo desnudo, con cuidado movió las sabanas y miro el pequeño cuerpo de Elizabeth, miro tantas marcas de daño, observo sus muñecas y deslizo su dedo lentamente por el daño.

- Lo siento- susurro de nuevo con voz temblorosa, de verdad estaba arrepentido. Se puso de pie y salió de ahí rápidamente, dejando a una Beth bañada en lágrimas.

Un Loki arrepentido era tan jodidamente difícil de creer... 

Para ambos.



Tokio, Japón.

- ¿Vas ayudarme o no?

- Creo que la respuesta es obvia Malik- dijo Harry con gesto huraño.- Nunca en mi vida volvería a mover un solo dedo para ayudarte.- Zayn rodo los ojos.

- Bueno, supongo que es lo que esperaba- dijo y se dio la vuelta para irse, pero la mano de Liam lo tomo por el pecho deteniéndolo.

- Escucha Zeus...

- No me digas que estas de acuerdo con todo esto,- soltó con cierta sorpresa, a decir verdad Harry y Liam se llevaban de maravilla, de hecho Liam era uno de los favoritos de Harry desde siempre.

- Harry esto no es tanto sobre él. Loki ha enloquecido más de lo normal, ha asesinado a un sinfín de personas y esa chica Elizabeth es muy importante para mí también, no podemos dejar todo en manos del destino.

- Morirá igual, es una mortal- dijo Harry fingiendo indiferencia, pero de pronto estaba poniendo más atención.

- Te hemos estado buscando, es importante para nosotros.

- Bueno Liam... y dime, de todas maneras, ¿Cómo podría yo ayudarlos?

- Necesitamos desaparecerlo de una vez, o que sea castigado.- Harry soltó una carcajada y después les miro divertido.

- No, no voy a ayudarles.

- Entonces no lo harás- dijo Liam con tono abatido.- Te creí una persona más justa. - Harry se encogió de hombros con una sonrisa. Ambos chicos giraron para marcharse un poco decepcionados, pero lo lograrían sin ayuda.

- Aunque, si la chica es tan importante... no se vayan tan rápido.- les interrumpió Harry, ambos giraron a verlo.- Cuéntenme un poco sobre esta maravillosa Elizabeth.

- ¿Por qué?- pregunto Zayn a la defensiva.

- Me interesa, debe ser una mujer increíble esa mortal para unir a dos Dioses que se odian y pelean constantemente desde hace siglos... y por supuesto, que hace que Ares ignore ese orgullo del tamaño de un planeta y venga a suplicarme ayuda- de nuevo deslizo sus dedos por la barbilla, parecía que estaba burlándose de Zayn, quien apretó los puños rápidamente y ladeo su cabeza de un lado a otro como si se estuviera preparando para arremeter contra él. 

En cualquiera otra situación habría roto su maldita carita a la primera provocación,  pero en esos momentos lo necesitaba y joder, lo tenia desbordando coraje por todos lados, estaba pisoteando su orgullo y el no dejaba de recalcarlo, tuvo que recordarse más de una vez que todo era por el bien de Elizabeth.



San Diego, California.

Elizabeth se había puesto de nuevo su ropa y miraba su cuerpo en el espejo, no podía salir, había intentado por lo menos ir a la cocina pero no podía salir del maldito cuarto, estaba tan indefensa y asustada y más en esos momentos, donde su cuerpo ardía y sentía que incluso su alma lo hacia.

Observo a su clon idéntico sobre el fino vidrio del espejo y bajo lentamente la mirada a su hombro, deslizo la manga y miro por lo menos tres chupetones seguidos y de un color monstruoso, con cuidado acaricio con su dedo las marcas en su piel y sintió inmediatamente el ardor quemando, una lagrima baño su mejilla, Dios no merecía esto. Su cuello era otra parte de su piel que era testigo de la noche anterior. Sus muñecas... había moretones en sus muslos y su pequeño coño ardía. 

Camino demasiado despacio tratando de evitar cualquier fricción o movimiento brusco en su zona genital, no quería acostarse en la cama, no donde había pasado todo aquello, de nuevo lloraba y se arrodillo en el piso tratando de acostarse sin dolor. No podía parar de llorar. 

La puerta se abrió y Louis la miro ahí sin notar sus lagrimas aun. 

- Te he traído un café bonita- dijo sentándose a su lado con una caja de rosquillas. - no sabía cuál sabor te gustaba así que te traje todos los que tenían disponibles... ¿Encanto?- pero ella no contestaba. Él se acercó a su mejilla y la beso.- Te amo Beth, no tienes porque estar triste.  

Los sollozos de Beth se intensificaron. Louis le acerco el café y en un brusco movimiento ella lo arrojo al otro lado del cuarto, sus manos lucharon contra la caja de rosquillas tirando todo al suelo con gritos de frustración. 

- Perdóname por favor- suplico Louis cuando ella de nuevo estaba en el suelo, pero Beth se ahogaba con sus propias palabras incapaz de contestar. 

Los ojos del castaño se obscurecieron, no había durado tanto tiempo buscándola para que ella simplemente lo tratara así, especialmente cuando había intentado hacer algo lindo por ella y traerle algo que él consideraba que iba gustarle. 

- ¡Joder Beth! Podrías solo ser malditamente agradecida.- se quejó pero ella no le contesto, él con agresividad tomo su rostro para obligarla a mirarlo, no quería lastimarla pero ella no estaba poniendo de su parte.- O es que vas a agradecerme de otra manera cielo. 

Los ojos mojados y llenos de terror de Elizabeth se encontraron con los suyos, pero no le importaba se esforzó por ella,  la merecía y la iba a tener todas las veces que el quisiera con o sin su consentimiento.

- Ya me he cansado de ser gentil, te amo y vas a amarme de vuelta ¿has entendido?- le dijo con agresividad, los ojos grises de Elizabeth le miraron horrorizados- ¡Contesta Elizabeth joder!

Pero no hubo respuesta, se metió en su cabeza erróneamente y todo lo que encontró fue Zayn en ella, eso lo hizo quebrarse un poco más, tomó el rostro de Elizabeth y metió su lengua en su boca con agresividad de nuevo, causándole horribles dolores a la chica por todo el cuerpo.- Quiero que entiendas que es mejor que esto pase por las buenas mon amour.



Tokio, Japón.

- Esta bien.- soltó Harry.- Una vez más Ares, voy a ayudarte, pero es la última vez.



Los Ángeles, California.

Los tres Dioses habían llegado finalmente a California, Zayn iba tan aturdido por sus propios nervios que ya no podía más. Habían pasado al rededor de tres días desde que Louis se llevo a su Elizabeth y no sabía que tan malas habían sido las cosas para ella hasta ese punto.

Harry fue el primero en bajar de su propio avión, con aquel estilo de líder que tanto le caracterizaba, usaba una camisa blanca con las mangas dobladas, unos pantaloncillos ajustados, no había pasado ni un segundo cuando uno de sus autos llegó a aquel aeropuerto privado.

Los otros dos chicos caminaron detrás de él, todos luciendo perfectos en una sincronización sin igual.

Pero eso era lo de menos, iban directo a rescatar a Elizabeth del idiota de Louis.

Shades - Zayn Malik.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora