Liam

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La frase de Naomi había estado vagando por mi mente toda la mañana.

De acuerdo, más bien la intriga de saber las historias, me había inventado un juego bastante entretenido para matar el tiempo. Con cada persona que pasaba cerca de mí, me ponía a inventarme su historia dependiendo de su apariencia, una excelente dinámica ya que no tenía nada interesante que hacer aquí, estaba ahí tirada sobre mi banco, rogándole a Dios por que Jeason solucionara mi caso y pudiera regresar a mi hogar, pero como si fuera a propósito cada segundo parecía una hora y ya estaba más desesperada que nunca, la peor parte es que no iría a casa una vez que la escuela terminara.

No llegaría para encontrar a mi madre ahí con una revista en la mano y los lentes deslizándose por su pequeña nariz. Había pasado un año y medio de la muerte de mis padres, el crimen por el cual yo estaba aquí.

Sentí el dolor en mi garganta así que preferí desviar mis pensamientos antes de empezar a llorar frente a toda la clase. Ellos habían terminado ya unos trabajos de la materia que yo no siquiera había empezado, diremos que yo era inteligente, inteligente de notas de +A y estas clases yo ya las sabía de memoria y no tenía ganas de trabajar. Bufé, el "reclusorio de San Francisco" no sería un buen antecedente para mi solicitud de universidad, podía irme olvidando la ivy league por la cual me había esforzado toda mi jodida vida en la escuela.

Incluso debería de despedirme de cualquier empleo decente o cualquiera de los que antes habían sido mis planes futuros.

Gire para echar un vistazo al salón en busca de Naomi que iba en mi curso para ver si había terminado ya, estaba sentada junto a un tipo alto de ojos increíblemente verdes que podía apreciar desde aquí a pesar de mi terrible ceguera. El chico tenía cabellos azabache y una barba bien contorneada, era demasiado guapo para ser honesta, tenía una pinta de chico malo terriblemente caliente.

Este lugar sería la perdición para cualquier mujer que se siente atraída por el estereotipo de chico malo con carita de ángel. Me reí al recordar a una de mis amigas del instituto con ese exacto problema, ella quizás ya se hubiera tirado a dos que tres en su primer día.

Regrese mi vista al chico y comencé con mi juego, ¿cuál podría ser su historia? tal vez robo de coches, asaltante, vendedor de drogas... ¡Bingo! Vendedor de drogas era perfecto para él, un sicario o uno de los grandes, ¿de marihuana o cocaína? Tenía aspecto de ser un vendedor de drogas de los importantes, de esos que trafican con cocaína. Bueno su aspecto era de "no tengo sentimientos bonita, mantente alejada o romperé tu corazoncito y probablemente alguna de tus extremidades justo antes de enviárselas a un ser querido" me estremecí.

Naomi empezó a mover los brazos en mi dirección sonriente. Puse mi atención en ella y levante ambas cejas articulando un "¿qué pasa?" con los labios, ella hizo lo mismo haciendo un "faltan unos minutos para salir" asentí "te presentare a mi amigo" dijo sin voz sonriendo, dijo eso o algo parecido, levante una ceja y ella asintió entusiasmada, su cara cambio un poco como una advertencia y me dijo que girara con uno de sus dedos, un gordo bigotudo con aspecto sucio que era el que nos estaba impartiendo la clase me miro con ojos entrecerrados.

- ¿Nichols cierto?- asentí- He escuchado todo sobre tu caso.

- No quiero hablar de eso.- gruñí y él sonrió divertido.

- Apuesto que no, ¿has terminado ya el trabajo?

- No.

- Quiero ver tu avance.

- No llevo nada- El hombre alzo ambas cejas con sorpresa y se cruzó de brazos.

- Así que primer día de escuela y empiezas con el pie izquierdo.- me encogí de hombros, ¿qué esperaba? ¿Entusiasmo? No es como si fuera mi primer día de clases en Yale. - Entonces supongo que el fin de semana lo pasaras haciendo un ensayo en la biblioteca sobre la declaración de independencia de los Estados Unidos.

Shades - Zayn Malik.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora