Lo que soy.

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Los días iban bien lentos, más con la terrible cortada en la rodilla y el montón de dolores que me conseguí aquella noche. Aunque ya iba sanando, mi mente seguía con algunos estragos de la pesadilla que había vivido. Mi cuerpo siempre estaba bien tenso y a la defensiva todo el tiempo. A cualquier movimiento por las noches comenzaba a sollozar irremediablemente. Para mi "suerte" nada había pasado después de la visita para nada cordial de aquel Seth.

Nada con excepción de Zayn. El moreno de ojos dorados estaba siempre al pendiente, probablemente sintiéndose culpable por lo sucedido. Había pasado todas sus tardes libres junto a mí, incluso las tardes de interminables tareas, sacando una conversación divertida y haciendo de mi estadía menos miserable. Mucho menos. Su sonrisa y voz se habían convertido en mi más grande motivación por las mañanas sin exagerar ni un poco.

Pero a pesar de su inmensa calidez y todos mis daños tanto físicos como psicológicos no había logrado sacarle ni una sola palabra de lo sucedido, sino al contrario, Zayn estaba actuando como si aquello ni siquiera hubiera pasado.

Termine de arreglar mi cabello rizado y rosee un poco de perfume cuando escuche la puerta de mi habitación.

Un sonriente Zayn estaba del otro lado, mi sonrisa también hizo acto de presencia cuando estrello sus labios en mi mejilla.

- Buenos días muñeca, ¿lista para ir a desayunar?

- Solo me hace falta mi labial. Vamos entra.- tire de su brazo cerrando la puerta detrás y me moví en el diminuto espacio buscando un pinta labios y un espejo.

- ¿Te he dicho que soy un fiel admirador de tu cabello?- de un segundo a otro estaba a mis espaldas metiendo su dedo indice en el hueco de uno de mis rizos.

- ¿De verdad? Se esponja bastante y parezco...

- Un león- lo mire de mala manera y el sonrió.

- Una loca, pero lo de león es mejor.

- Eres hermosa Elizabeth.

- Deja de mentir.- me queje.- No he dormido en semanas, mira estas ojeras, parezco un mapache.

- Un león, un mapache... me gusta, contigo no tengo que asistir a un zoológico.

- Puedes mencionar también un elefante con estas enormes orejas.- soltó una carcajada y rodeo mi cintura con sus brazos acercándome a él, mis piernas perdieron estabilidad y me sonroje al tenerlo tan cerca.

- Elizabeth no tienes ninguna sola imperfección.- su aliento choco calidamente con mis labios.- Aunque ahora que lo pienso quizás tengas una. La ropa, creo que es estorbosa e innecesaria cuando estás conmigo.

Rodé los ojos y gire sobre mi misma tratando de esconder mi vergüenza.

Me hice paso en la cafetería buscando la maquina de café negro, había dormido muy poco y necesitaba algo que me logrará mantener despierta durante las siguientes ochocientas horas de clases. Zayn iba a mi lado con la postura un poco más relajada que antes y de vez en cuando chocaba su mano con la mía como si fuera un accidente, vamos Malik ¡Solo agárrala!

El hecho de que ahora siempre estaba con Zayn y Louis Tomlinson había restablecido mi imagen con el resto del reformatorio. Naomi me había comentado que todos los internos creían que probablemente era una asesina loca y esa era la razón por la cual me habían aceptado en su secta de maleantes. Honestamente, ridículo, pero no me quejaba, me había conseguido un pase rápido en las filas de la cafetería y el baño, de personas que mejor querían evitar problemas conmigo o más bien con ellos.

Pero a pesar de mis millones de intentos no había conseguido ni siquiera una sonrisa amable de parte de Niall, a veces manteníamos un casual contacto visual donde me dejaba en claro todo su odio y era nuestra máxima interacción.

Shades - Zayn Malik.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora