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Este día era un poco nublado, estaba tarde para el colegio, y encima no había desayunado. Obviamente este no era mi día, pero no dejaría que eso arruinara mis planes, ni la motivación que tenía, este era el día en que hablaría con él.

Al subir las escaleras y entrar al salón dirigí la vista hacia la silla de Keneth como si de una acción automática se tratase, y me sorprendí al notar que él no estaba... No vendría. De cierta forma me entristecí, y era obvio, después de todo, él era mi mejor amigo, y el chico del cuál estaba enamorada, la única persona importante para mí en este centro... Y que hoy más que nunca, deseaba ver.

Lancé un suspiro al aire y tomé asiento, me sentía sola. Realmente era extraño, pero esta vez, no sólo mi libro me bastaba para entretenerme, no era como antes. Me hacia falta algo más.

Ese chico tan infantil, que había visto ya muchas veces, pero una de tantas nos conocimos... Se había vuelto muy importante para mí. ¡Era tan importante como uno de mis libros o mis quesos!, ¡Por Dios!, (Déjenme decirles que eso es mucho, jamás pensé que llegaría a apreciar a alguien de esta manera)... Y bueno... Quizás hasta era posible que ocupara un puesto más alto, ¿Extraño no?

Ese día no pude estar tranquila, no leí una sola página de Las Ventajas De Ser Invisible, pues no quería adelantarme, ya que ese libro lo estábamos leyendo juntos. No me animé a copiar, tampoco pude dormir, no hablé con nadie, (Aunque tampoco es que lo hiciera a menudo). Era como un día cualquiera a excepción de no leer mis libros. Claro, un día cualquiera sin antes haber conocido a Keneth.

Ese idiota me hacía tanta falta.

Sus locuras.
Sus sonrisas.
Sus bromas, e incluso sus abrazos inesperados.
Las notas que aveces me golpeaban en la frente...

Su voz.

Su presencia en todos los aspectos.

Me siento ridícula admitiendo esto, pero, ese día... Releí cada mensaje que él me había enviado, todas nuestras conversaciones en whatsapp, y cada una de las notas qué nos mandábamos en clases. Así es, yo las he guardado.

Me cuenta que he derrochado algo de tiempo, lapiceros, y hojas de papel.

Pero también me cuenta, de que gané algo muy especial... Lo cuál extraño justo ahora... Y haré lo posible por conservarlo para siempre.

Jamás pensé decir "Hola" (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora