— Lo terminé.
Dije con orgullo hablándole al oído.
— ¿Eh?
Se giró hacia mí, y entonces no me contuve al expresar mi alegría.
— ¡Al fin lo terminé Keneth!
Hice una sonrisa amplia.
— Disculpa... ¿De qué hablas Diana?
— Tu dibujo, torpe.
Entrecerré los ojos, y él abrió los suyos con sorpresa.
— ¿El de Bob esponja?
Preguntó confirmando, antes de alborotarse.
— ¡Sí!
— ¿¡En serio!? ¡Increíble!
Se puso en pie rápidamente y estaba a punto de abrazarme, pero antes de que lo hiciera puse una mano frente a mí.
— Soy alérgica a los abrazos, ¿Recuerdas?
Le dí un pequeño empujón.
Él recompuso su uniforme y carraspeó.— Lo siento. La emoción.
Rió nervioso y tomó cierta distancia de mí.
— Descuida, suele pasar.
Me encogí de hombros y él empezó a jugar con sus manos.
— Entonces... ¿Podrías mostrarme el dibujo?
Preguntó ansioso.
Yo asentí enseguida.— Espera, por aquí lo puse.
Empecé a hurgar en mi mochila.
— ¿No es ese que está en tu cuaderno de hojas sin rayas?
Señaló dicho objeto.
— Se llama "Cuaderno de dibujo," y sí.
No habían pasado ni tres segundos cuando Keneth ya lo tenía en sus manos.
— ¡Oye! ¡Devuelve mi cuaderno!
— Sólo sacaré el dibujo. No te enojes, ¿Sí?
Pidió pestañeando muchas veces, y yo suspiré pesado.
— Uhg, está bien.
Hice un gesto de espantar moscas, y enseguida empecé a escuchar gritos de emoción.
— ESTÁ GENIAAAL.
— Basta. ¡No exageres! Me avergüenzas.
— Lo adoro. ¡Pareces profesional, Diana!
— ¡Es sólo un dibujo de Bob esponja, Keneth!
— Igual está increíble, quizás porque lo hiciste tú.
Guiñó dándome un empujoncito en el hombro.
— Ya deja de decir eso.
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Jamás pensé decir "Hola" (Editando)
NouvellesUna amante de los libros, poco sociable. Esa es Diana. Solitaria, e ignorada por todos... Excepto por un chico. Un simpático chico, al cuál han transferido de salón. Ese es Keneth. Ella lo ha visto un par de veces. Él la conoce más de lo que debe...