~72~ (FINΔL)

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Finalmente, Sara y yo estamos aquí, frente a su casa.

Ha llegado el momento... ¿Del fin?, o quizás ¿Del comienzo?

- Ven, por aquí.

Sara había entrado y con mi mano atrapada por la suya empezó a caminar por toda la casa.

Sentía que todo ocurría despacio, las fotos de Keneth con sus tíos y hermanos puestas en la pared me daban un tipo de nostalgia inexplicable, el piso estaba adornado con dos tipos de azulejos, había una sola lámpara que alumbraba el pasillo, y al fondo de aquel lugar por el que ahora caminaba, estaba una puerta, con un cartel pegado en la parte superior:

"CUARTO DE KENETH. Oh, y de Sarahi también :v"

Empecé a reír mucho en cuanto lo , y como sucede cuando las personas están a punto de morir, muchos de los momentos de mi vida vinieron a mí en forma de recuerdos.
Pero todos esos momentos eran con Keneth.

El día que lo conocí, el día que me dió su chaqueta, el día que vimos las nubes, cuando estábamos en la biblioteca, cuando comíamos en la heladería, el día de mi cumpleaños, aquella vez que lo espié esperando que rechazara la oferta de Alicia, todas esas veces que nos mandamos notas... Y por último, cuando me confesó sus sentimientos.

Todo eso vino a mi mente en tan sólo unos segundos.

- Sara...

- ¿Si?

Tragué saliva.

- Está bien aquí, puedo continuar sola.

Sara alzó una ceja pícaramente, y luego me dió un empujón hacia la habitación.
Casi choco con la puerta, por lo cuál me giré un poco molesta hacia Sara, para reclamarle.

- Oye, más delicadeza para la próxima.

Me quejé y ella soltó una risa.

- Ya deja de llorar, ve de una vez y arregla las cosas con él. Te esperaré en la sala.

Hizo un guiño, y no tardó nada en desaparecer mediante aquél pasillo donde me había acompañado segundos antes.

Respiré hondo.

- Tú puedes Diana.

Puse mi mano en el pomo de la puerta, pero la quité al instante... Estaba más que nerviosa.

- Has llegado hasta aquí, no te pongas inútil ahora.

Mi mano derecha avanzó lentamente hacia el pomo de nuevo, y cuando estaba sobre él, me aseguré de no quitarla poniendo encima mi mano izquierda, luego sacudí mi cabeza.

<<Yo lo haré. Lo haré. LO HARÉ.>>

Mientras repetía eso en mi mente, intentando convencerme a mí misma, tuve una sensación extraña de que el pomo estaba girando.

- ¿Qué?

Luego me fuí un poco hacia adelante, y lo siguiente que supe fue que la puerta estaba abierta.

Jamás pensé decir &quot;Hola&quot; (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora