~ 18 ~

447 34 5
                                    


Aún no puedo creer lo que hiciste.

¿Uh? ¿A qué te refieres?

Cambié de página.

— Le arrojaste una bola de papel a Pancracio, ¡justo en frente del profesor!

Ah, eso.

¿¡Por qué lo hiciste!?

Cerré mi libro y me dispuse a justificar plenamente mis actos.

Es que Pancracio me cae mal.

Sep, esa es mi gran excusa.

¡Pero al menos hubieras esperado a que el profesor no te estuviera viendo!

¡Shhh! No me juzgues, aún soy principiante en este tipo de cosas.

Pero eso es algo demasiado obvio como para no darse cuenta, además, eres muy lista para hacer algo tan imprudente.

¿Y?

¿No será que querías recibir un castigo tú también?

Já, sí claro. ¿Piensas que yo querría estar por voluntad propia en un castigo?

Pues sí. Harías eso con tal de no quedarte sola, quizás.

Dijo con una sonrisa.

¿Insinúas que provoqué que me dieran un castigo solo para no permanecer sola en el descanso?

Alcé una ceja.

De hecho era como: "Diana quiso obtener un castigo para estar conmigo en el descanso, ¡Oh por Dios!" pero bueno, eso se asemeja.

Se encogió de hombros.

Cállate... Simplemente lo hice porque Pancracio no me agrada.

O porque Keneth te agrada demasiado~

Bueno, eso no lo puedo negar.

Lo sabía, nadie se resiste a mis encantos.

Tampoco te pases.

En fin, ahora ambos estamos confinados en este salón de clases. Solos...

Ambos nos observamos fijamente.

Y sin comida.

Terminé diciendo, y Keneth golpeó la paleta de su butaca.

QUIERO COMER.

YO IGUAL.

Ambos chillamos desesperados.

¿¡Qué hacemos, Diana!? ¡Yo no tengo comida en la mochila!

¡Ni yo!

Voy a llorar.

Jamás pensé decir "Hola" (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora