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- ¿Miedo?

Se levantó del suelo, para luego tomar asiento a un lado de mi cama.
Sus ojos se veían muy confusos.

- ¿Porqué tendrías miedo?

- Nuestra relación cambiaría.

- ¿Eso es malo?

- No quiero que nuestra amistad se acabe.

Dije observándole fijo, mientras abrazaba una almohada.

- Sabes que podemos ser ambas cosas ¿Cierto?, no necesariamente debo dejar de ser tu amigo para ser tu pareja.

Hizo la típica sonrisa que relajaba cualquier situación.
Sin embargo, esta vez no funcionó.
Nada podía hacer que me desprendiera de aquel mar de emociones.
Me sentía enamorada, triste, asustada... Y algo me decía que estaba equivocada. Muy, muy equivocada.

- Tú eres mi único amigo.
¿Quién me dará consejos cuando peleemos?, dime, ¿Quién me consolará cuando me rompas el corazón?

Negó con la cabeza mientras se acercaba.

- Jamás lo haré.

- Tú que sabes.

Le di un empujón.
Él se acercó de nuevo.

- Oye... Es cierto que habrán peleas y malentendidos, toda pareja tiene los suyos, es normal, pero no por eso dejan de ser unidos.

- Dile eso a mi padre.

Juntó sus cejas con empatía , seguro me escuché triste.

- Diana...

- Acéptalo Keneth, el amor es una mierda.

Mamá y papá eran grandes amigos, ¿Sabías eso?
Luego se casaron, tuvieron una familia, se amaron y todo lo que quieras, ¿Pero eso de qué sirvió?
¡Él la dejó por otra!, Ese mal nacido, si mamá nunca lo hubiera amado, o él no hubiese creído amarla, quizás ahora se llevarían bien, no le habría dejado cicatrices. ¿Pero sabes? El amor metió su cuchara en eso, los engañó, los hizo creer que estaban enamorados. Míralos ahora.

Mamá... Mi pobre madre. Es un claro ejemplo.
Enamorarse la hizo llorar, a Eliot también, aunque por otras razones.
Sólo sé que te hace sufrir.

Yo misma sufrí, el primer hombre que amé, simplemente nos dejó a todos. No le importó lo que nosotros sentíamos.

Mi voz empezaba a quebrarse, soy tan frágil que me detesto.

Keneth sólo me observaba. Quería abrazarme, se le notaba, pero decidió guardar distancia, ciertamente lo que menos quería era un abrazo. Quería que me escuchara, que escuchara todo el remordimiento que tengo hacia el amor. El sentimiento más injusto, más contradictorio.

- He visto muchos casos de personas que en un inicio son buenos amigos, pero cuando intentan amarse y no les resulta, terminan siendo unos totales desconocidos.

¿A caso quieres que eso nos pase?

- Oye...

- Porque yo no. Eso es lo que menos quiero.

Jamás pensé decir "Hola" (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora