Las 6:59 de la mañana.
Un minuto restante para llegar a tiempo a la maldita escuela, ¡Sólo falta un maldito minuto!, y yo estoy corriendo como toda una desquiciada por que me ha dejado el bus... ¡Cómo odio a Blue en este preciso instante!— ¡Quítate de en medio idiota!
Grité a un chico apartándolo de mi camino, mientras terminaba mi tostada (Demasiado tostada por cierto, es decir, parece carbón la muy hija de su madre, eso pasa porque ha sido Eliot quien las hizo, osea ¿Pero qué carajo?, ¿Acaso meter un pan al tostador es tan difícil?)
— ¡Al fin!
Exclamo al notar que estoy a tan solo una cuadra de mi querida escuela, corro y corro sin mirar atrás, con la esperanza de llegar a tiempo, pero...
— ¡Nooo!, ¡NO LO HAGA PROFE!
La muy desgraciada profesora de geografía estaba cerrando la puerta, ¿Y todo mi viaje sería en vano?, no señor.
— ¡NO CIERRE LA PUERTA!
Grité acelerando, y justamente cuando estaba a punto de cerrar, salté y entré con las últimas... Agradezco profundamente que hoy tenía clase de gimnasia, el uniforme si que me ayudó.
— ¡Señorita Diana!, Ha llegado tarde.
Nah, ¿Es en serio?, ¡Y yo que creí que era temprano!
Obvio que es tarde, tenía que salir esta vieja con sus pendejadas.
— Lo siento profesora, tuve un inconveniente, no volverá a pasar.
Finjo disculparme mientras me inclino un poco.
— ¿Pero qué le pasa viniendo a esta hora?, además, eso que hizo no es correcto, una niña como usted no debería saltar así.
— ¿Y por qué no?
— ¡Porque debe comportarse como la niña que es!
¿Y ya por tener panocha no puedo saltar?, no joda.
— No veo de qué manera "Saltar así" afecte mi comportamiento como "Niña", eso sólo muestra lo atlética que soy, ¿Está claro?
Contesto de mala gana mientras me dirijo al salón de clases.
— ¿Acaso me está retando?
Le escucho decir, a lo cuál doy la vuelta y me cruzo de brazos.
— Si quiere tomarlo así, por mí no hay problema.
Levanto mis hombros mientras hago una sonrisa... Y ella me observa molesta.
Creo que me he metido en un lío.
— Acompáñeme entonces...La beluga empieza a nadar hacia la sala de castigo. Es entonces cuando yo reclamo una vez más.
— Disculpe, ¿Me puede decir el motivo de mi castigo?, hasta donde yo sé, no he hecho ninguna falta grave.
Ella gira hacia mí y ríe.
— Tienes razón, pero "Contestarle a un maestro, y llegar tarde" son dos faltas leves, lo cual forma una falta grave, así que ahí tienes la razón de tu castigo. Ahora camina.
Toma mi mano y yo me suelto de su agarre.
— Vale... Pero no me toque.
— Niña malcriada.
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Jamás pensé decir "Hola" (Editando)
Krótkie OpowiadaniaUna amante de los libros, poco sociable. Esa es Diana. Solitaria, e ignorada por todos... Excepto por un chico. Un simpático chico, al cuál han transferido de salón. Ese es Keneth. Ella lo ha visto un par de veces. Él la conoce más de lo que debe...