Jamás pensé decir "Hola" (Editando)

~50~

— Disculpe, ¿Podemos pasar?

Dice Keneth mientras empuja la puerta del salón, yo estoy atrás de él, y ambos esperamos la respuesta de el profesor.

— Pasen de una vez, interrumpen mi clase.

Dice él de mala gana, y ambos entramos para luego tomar nuestros lugares.
Debo decir que mi lugar es mitad bueno, y mitad malo.

¿Por qué?

Bueno... Estoy en medio de Alicia y Keneth. Y por cierto, estar al lado de Alicia no es nada placentero.

— Psst, oye rata.

Le escucho decir, y sin tomarle importancia decido ignorarla.

Saco mi cuaderno para escribir la clase, pero al momento de poner el lapicero sobre la hoja, mi mano es movida provocando que la arruine con una gigantesca raya sobre ella.
¿Quién movió mi mano?, creo que no hace falta decirlo.

— Estúpida, te estoy hablando.

Me observa molesta.

— ¿Y eso a mi qué?, imbécil.

Contesto arrancando la hoja de mi cuaderno.

— Iba a felicitarte como todos los años, pero veo que tengo algo más importante que hacer, ¿Acaso quieres que te muestre tu lugar de nuevo?

Pregunta en un tono burlón y yo me sobresalto.

— ¿De qué hablas?

— Tu lugar... El que está muy por debajo de nosotros.

Suelta una risa.

— ¿Sabes lo que te pasará a la salida cierto?, todos te odian, y por más que quieras cambiar siempre te seguirán odiando, es tu destino, no creas que hoy será diferente.

— Cállate.

Digo en un grito susurrado, mientras ubico mi mano en su butaca de forma brusca.

— ¿Acaso lo que digo no es cierto?

Ríe de nuevo.

— Por supuesto que no es cierto.

Afirmo y ella alza una ceja.

— ¿Ah no?

— No. Aún si todos me odian como dices, realmente tengo a alguien que me aprecia. Ustedes hagan lo que quieran, con él me basta.

No necesito de nadie más.

Hago una sonrisa y ella muerde su labio inferior con rabia.

— ¡Él no te aprecia!, ¡Joder!

Grita frustrada.

— Entiéndelo, ¡Seguro todo lo que hace por ti es un simple montaje!, seguro le divierte ver como te crees todo tan fácil. Una broma, ¿Lo captas?

Me toma del cuello.

— SÓLO MÍRATE, ¿Quién diablos te querría?, si hasta tu papá te abandonó, ¡Tarde o temprano todos te abandonan Diana!

Siento una punzada en el pecho, e inclino la vista.

— No... No es cie...

— ¡CLARO QUE ES CIERTO!, ya no trates de ocultarlo, ¡No debiste nacer!

— ¡YA BASTA!