Capítulo 36 (Último año)

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Una luz algo molesta me hizo despertar, era el sol que se colaba por las ventanas de la sala y me daba directo en la cara cegándome al intentar abrir los ojos. Puse la mano frente a mi cara para poder echar un vistazo a mi alrededor, sonreí de inmediato. Eduardo y yo estábamos acostados uno al lado del otro en la alfombra, arropados con una manta gruesa y sobre una almohada, frunci el seño, fue cuando note que el aire acondicionado estaba encendido también.

Eduardo debió levantarse de madrugada al llegar la luz cuando yo estaba dormido, encendió el aire y busco las cosas para estar más cómodos. Él estaba acostado boca abajo, con uno de sus brazos rodeandome por la cintura y su cara pegada a mi refugiandose de la claridad, podía sentir su respiración pausada en mi cuello, Eduardo estaba rendido.

Me levante con cuidado de no despertarlo, me acerqué a las ventanas y solté el moño que ataba las cortinas, de nuevo estuvimos en total oscuridad, la casa estaba muy fría por el aire acondicionado, lo notaba más allí parado ya que seguía desnudo, regrese rápido a los brazos de Eduardo para calentarme. Al sentir que comenzaba a acostarme, Eduardo sonrió y medio abrió los ojos, se puso de lado y levantó la manta con su brazo derecho invitandome a volver a su lado, así lo hice, me acosté de nuevo de lado también dándole la espalda, cuando lo hice apoye mi cabeza en su brazo izquierdo mientras Eduardo bajaba la sábana de nuevo arropandonos a ambos y abrazandome por la cintura al mismo tiempo, acomodo su cabeza junto a la mía quedando completamente pegado a mi espalda, aprovechó también para entrecruzar una de sus piernas con las mías.

Eduardo - ¿Qué hacías? - Preguntó con esa voz de recién levantado -

Román - Cerraba las cortinas - dije poniendo mi mano sobre la suya en mi estómago, mientras me acomodaba en una perfecta posición de "cucharita" -

Eduardo - No pensé en eso anoche - dijo entre en tono divertido -

Román - ¿A qué hora llegó la luz?

Eduardo - Cómo a las 3... Estabas rendido cuando llegó, pero yo tenía calor. Así que me levanté y encendí el aire, luego pensé que nos iba a dar frío así que busque en el cuarto la sábana y la almohada.

Román - ¿No era más fácil pedirme que fuéramos al cuarto? - Pregunte divertido -

Eduardo - Pues... - Me plantó un beso en la mejilla - No... - Otro beso - porque estabas rendido - beso está vez en el cuello - y te ves muy lindo cuando estás rendido - finalmente me besó los labios - ok?

Román - Ok - sonreí complacido -

Me acomode de nuevo en los brazos de Eduardo, mirando al techo de la casa. De pronto me inundaron un montón de pensamientos ¿Qué querría decir lo que había pasado anoche? Si bien Eduardo había dicho cosas muy lindas, en la práctica seguíamos teniendo sexo a escondidas ¿Acaso nuestra relación cambiaría ahora? ¿Me habría llenado de ilusiones y falsas esperanzas? ¿Que rumbo tomariamos a partir de hoy?

Eduardo - Flaco... - Meneó un poco su cabeza para moverme, sacándome de mis pensamientos -

Román - um? - Lo miré -

Eduardo - ¿Qué piensas? - Preguntó serio -

Suspire antes de contestar, creo que lo mejor era aclarar todo lo antes posible y saber dónde estábamos parados, así esto derrumbara mis ilusiones al suelo.

Román - Pensaba en nosotros y qué pasará de ahora en adelante.

Para mi sorpresa Eduardo sonrió y me acarició la mejilla, lo mire extrañado.

Eduardo - Ven... - Dijo haciendo que me acostara boca abajo sobre su pecho, mirándolo a la cara - ha pasado mucho estás última semanas.

Román - ¿Ah si? - Pregunte curioso y ya acomodado sobre Eduardo -

Algo más que amigos (Gay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora