Capitulo 27. (Me tienes a mí)

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No sé exactamente cuánto tiempo estuve en el piso de la ducha, rondaban mi cabeza muchísimos pensamientos, muchos escenarios que podrían presentarse. ¿Qué diría?, ¿Qué haría?...

Me levanté con frío y el cuerpo entumecido, salí de la ducha y comencé a secarme con una toalla mirándome frente al espejo. Tenía los ojos hinchados y rojos de tanto llorar, me veía mucho más pálido de lo que realmente era y tenía ojeras. No me esmeré mucho en secarme, por lo que cuando salí hacía mi habitación mi cabello aún chorreaba un poco de agua, busqué algo con que vestirme, elegí un short deportivo y un suéter.

Finalmente me senté en mi cama mirando al vacío, fue cuando reparé en la hora: Eran las 12:47pm. Había pasado alrededor de cuatro horas desde que había abierto la laptop, la misma se encontraba allí frente a mí aun abierta. No tuve el valor de acercarme de nuevo y ver como había evolucionado la situación desde mi colapso, suspiré y desvié la mirada, me encontré esta vez con mí celular: Estaba allí, aparentemente inofensivo pero con su LED titilando sin parar, indicativo de que tenía un montón de mensajes y notificaciones por ver.

Eventualmente tenía que afrontar lo que me estaba pasando por duro que fuera lo que iba a conseguir al hacerlo, así que decidí empezar por el celular, posiblemente mis padres habrían escrito y se preocuparían si no les contestaba. Me armé de valor, me deje caer en la cama boca arriba con el celular entre mis manos, suspiré temblando con un nudo en el estómago y lo desbloqueé para comenzar a leer.

En total eran: 112 mensajes en 14 conversaciones de whatsapp, 17 mensajes en BBM, 27 llamadas pérdidas, 5 mensajes de texto, las notificaciones de Facebook ya iban por 96 y en aumento, 33 menciones en twitter, etc… A medida que iba simplemente viendo las notificaciones me iba arrepintiendo cada vez más de tener tantas redes sociales y de lo expuesto que me encontraba.

Abrí primero whatsapp, habían mensajes de Andrea, de Eduardo, varios mensajes (Más de 50) en el grupo que creé la noche de mi cumpleaños en el que estaban todos los que habían venido a mi casa la noche anterior (incluida Camila) así que decidí leer esos mensajes primero, pero antes, vi 3 mensajes de “Ma” y sentí como el corazón se me iba a salir del pecho antes de abrirlos, suspiré y entré en la conversación.

Ma (9:23am): Buenos días mi vida, qué tal les fue anoche? Mucho desastre en la casa? Espero que no…

Ma (10:03am): Todavía durmiendo? Supongo que sí, tu papá y yo te llamamos al celular y no contestas.

Ma (12:15pm): Niño! Son las 12 del día ya… Cuándo te despiertes llámanos para saber de ti y para que me des tu opinión sobre los trajes de la boda que he visto para ti…

Respiré aliviado al leer los mensajes, no es que pretendiera que mis padres no se enteraran de lo que había pasado, eso era prácticamente imposible de acuerdo al alcance de la bendita foto, era el hecho de que al menos podría ser yo quien hablara con ellos y les explicara las cosas. Decidí antes que nada llamar a mi madre para calmarla, así que le marqué acostado mirando al techo.

Victoria - Bueeenos días!! Hasta que apareces!

Román – Sorry ma, estaba durmiendo –Mentí, tratando de sonar lo más neutral posible –

Victoria – Así sería la fiesta… –Me dijo un poco en tono de reproche – Y todo bien?-

Román – Seeh… bien. –Dije prácticamente en un susurro –

Victoria – No suenas “Bien”… Paso algo? –Dijo preocupada –

Román – Eh, si… - Decidí ser honesto al respecto – Pero prefiero contarles cuando lleguen a casa.

Algo más que amigos (Gay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora