Estaba en el patio de la casa recogiendo un poco el desastre que habíamos hecho en la piscina, eran cerca de las 3 de la mañana, el resto de los chicos estaban dentro de la casa ya durmiendo. Nos habíamos repartido entre los muebles de la sala y el cuarto de huéspedes de la planta baja, dejando así los cuartos principales de arriba vacíos. Doblaba la pancarta que tenía los mensajes de los chicos en colores sonriendo cuando oí que alguien salía de la casa en mi dirección, antes de voltear a ver quién era sentí que me rodearon con un brazo por la cintura, era Diego quién me dio un beso corto en la nuca antes de hablar.
Diego – Qué haces amor?
Román – Recogiendo un poco, para no tener que hacerlo mañana enratonado (Con resaca) – Lo miré sonriendo –
Diego – Deja eso – Me rodeó esta vez con ambos brazos, hablándome al oído ubicado a mi espalda – vamos a tu cuarto, quieres?
Román – Qué hay de los muchachos? – Pregunté pícaro y me volteé quedando frente a frente, aun Diego me abrazaba por la cintura, puse mis manos en su pecho –
Diego – Están dormidos, además ebrios – Sonrió divertido – Bueno todos estamos ebrios jajaja.
Román – Si – Reí también – Se nos fue un poco la mano.
Diego – Como debe ser… Anda mi amor, vamos a tu cuarto. – Hizo puchero con su hermosa cara para manipularme, luego me sonrió con algo de malicia – Tengo una sorpresa para ti además.
Román – Ah sí? – Pregunté intrigado – De qué se trata?
Diego – Ven y lo sabrás – Sonrió confiado –
Revoloteé mis ojos sonriendo y accedí seguir a Diego dentro de la casa, cerré la puerta del patio y apagué las luces. Caminamos en la oscuridad por la sala rumbo a las escaleras que daban a la planta superior, pude ver gente acostada en los muebles de la sala y en el cuarto de huéspedes como había dicho Diego; pero al estar envueltos en sábanas no pude reconocer a ninguno de los chicos.
Llegamos riendo y jugueteando en susurros hasta la puerta de mi habitación, cuando iba a abrirla Diego me detuvo sonriendo, al verlo con intriga se acercó a mi oído para decirme algo.
Diego – Aquí comienza tu sorpresa… - Me besó la comisura de los labios y sacó un pañuelo del bolsillo de su short sonriendo pícaro– Estate quieto.
Lo miré a los ojos y no supe que decir, ¿Qué habría planeado Diego?, ¿Qué habría en mi habitación? Algo nervioso me di la vuelta y dejé que mi novio me pusiera la “venda” en los ojos. Una vez así Diego me tomó de la mano, abrió la puerta de mi habitación y entramos.
Diego – No vayas a quitártela aún. – Me dijo antes de soltar mi mano y dejarme allí parado, indefenso y sin poder ver a mi alrededor –
Román – Me estás asustando Diego – Dije con una risita nerviosa – Dónde te fuiste además? Por qué me sueltas?
Diego – Tranquilo – Dijo y se escuchaba como si estuviera un poco alejado de mí – te va a gustar.
Pasaron unos segundos en silencio, la ansiedad me estaba matando y la expectativa por poco me hace quitarme la venda. Justo cuando iba a comenzar a moverme, sentí el calor que desprendía alguien parado frente a mí; antes de poder decir algo, una mano cálida me tomo con firmeza por el cuello atrayéndome un poco hacía adelante para luego besarme en los labios.
Me dejé llevar por ese beso intenso, la boca de Diego me besaba con necesidad y lujuria, su lengua se abría paso en mi boca tratando de ocupar cada espacio a medida que me acercaba más a su cuerpo con su otra mano colocada en mi espalda. Cuando puse mis manos en sus caderas, el besó se detuvo y pude sentir como se escapaba de mis manos dando un paso atrás.
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Algo más que amigos (Gay)
RomanceUna Historia que narra como la vida Román (un chico de 16 años) cambia, una vez que comienzan a relucir todos esos sentimientos que tiene por su mejor amigo, haciéndole vivir experiencias inolvidables. Advertencia: Se encuentra llena de amor pero ta...