Capitulo Veintidós: Vida nueva

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Quince minutos después de que terminara el evento me reuní con la madre superiora en su despacho.

-Como puede ser Clara? Explicame por que no entiendo. Se besaron con todas las hermanas y los alumnos de cuarto año presentes!- Decía indignada.

-No puedo explicarlo. Simplemente paso, no pude controlarme. Estaba desesperada por que el no llegaba y apareció y no pude. No pude con esto. Y ahora se fue y estoy destrozada. Perdoneme madre...- Trataba de explicarle tragándome las lagrimas.

- Clara sabes lo grave del hecho, no tengo otra opción. Tengo que tomar medidas. Sino puede hacerse un escándalo y no podemos manchar el nombre del convento.

- Si, ya se lo entiendo perfectamente.- Dije con voz temblorosa.

- Arma tu bolso, esta noche podes quedarte a dormir. Mañana necesito que dejes el convento. Lo siento tanto hija pero no me dejaste opción.

-Gracias... por todo. Usted ya sabe.

-Siempre voy a estar para vos nena, pero ya no así.- Me dijo y nos abrazamos.

Salí del despacho y me saque la cofia, Julia y la Turca me esperaban en el pasillo.

-Y??? Que te dijo?- Preguntaba la Turca.

-Me echo.- Dije sin demostrar sentimiento alguno.

-KIIIIIII?- Grito Julia- NO dejame yo hablo con ella. No puede hacer esto!- Dijo nerviosa y me abrazo.

-Si puede y esta bien. Todo lo que hice estuvo mal desde el principio. Estoy pagando las consecuencias de mis acciones. Y vos no vas a hablar con nadie.- Le dije tratando de tranquilizarla.

- Pero... Clara dónde vas a vivir??- Pregunto Julia.

-Conmigo. Va a vivir conmigo!- Menciono la Turca. Yo la mire con una sonrisa triste.

-Gracias amiga. Esta noche me deja quedarme a dormir. Voy a empezar a juntar mis cosas. Te veo mañana si?

-Si vengo temprano y vamos a casa.- Dijo y se despidió.

Julia me ayudo con mis cosas. Di un último recorrido por el convento y vi pasar mi vida allí. Pero ahora me sentía vacía. Solo Julia me hacía sentir mejor, querida. Pero no sabía cuánto iba a durar eso.

A la mañana siguiente las hermanas del convento me hicieron una pequeña despedida. Tome mis cosas y me mude al departamento de la Turca. No era muy grande pero era cómodo. Tenía dos habitaciones, un baño y una cocina comedor.

Yo estaba en un estado más bien vegetal. No había estado así ni cuando Jorge me había dejado... por primera vez. Como dolía eso. Todavía podía sentir su beso, ver las lagrimas que caían por sus hermosos ojos celestes.

Ese fin de semana que paso, lo único que hice fue dormir, apenas comer y llorar. La turca no se me despego, sin ella hubiese sido peor. Julia había pasado a verme y habíamos tenido una charla profunda pero no mejoro demasiado mi estado.

El lunes recibí una llamada del padre Tomas.

-Hola Padre como le va?- Pregunte un tanto desganada.

-Hola Clarita bien y vos?

-Podría estar mejor la verdad...-Conteste.

-Por eso mismo te llamo. Estoy enterado de tu situación y quiero ayudarte.

-Ayudarme cómo?- Pregunte.

-Bueno la Fundación se mudo a edificio aparte de Zitor y necesitamos gente para el area administrativa. Vos sos muy hábil y creo que te va a servir para pensar en otra cosa. Es un trabajo, una entrada de dinero que se que necesitas. Pensalo si? Te mando por mensaje todos los datos.

- Esta bien, lo voy a pensar. Muchas gracias por llamarme.

Corte y la Turca vino a ver qué pasaba.

-Quien era?- Me pregunto, mientras me daba un té.

- El padre Tomas, me ofreció trabajo en la Fundación.

-Le dijiste que si no?- Pregunto sonriente.

-Le dije que lo iba a pensar- Dije girando los ojos.

-QUE VAS A PENSAR? DALE, SALIS DE LA CAMA, TE BAÑAS, TE PONES LINDA Y VAS A TOMAR EL LABURO. ENTENDISTE?-Me decía mientras me tomaba del brazo.

-Uh sos insoportable... ESTA BIEN PERO NO ME GRITES.-Dije mientras caminaba descalza al baño.

Pasaron dos meses y yo seguía sin tener noticia de Jorge. Mejor me sentía, pero no había forma de que pensara en otra cosa. El padre Tomas había tenido razón, el trabajo me distraía. Pero no era suficiente. Mi rutina era simple, me levantaba, me bañaba, desayunaba, Julia me llamaba, salía, caminaba dos cuadras hasta el subte me tomaba la formación que pasaba a las 08.30, iba a la oficina. Así pasaban los días.

Un viernes comencé mi rutina como todos los viernes, excepto que me quede dormida. Corriendo fui a tomar el subte y me subí a la formación que paso 08.45, de casualidad conseguí asiento. Recorrí las cinco estaciones que tenía mi recorrido, me pare, baje y comencé a caminar hacia la escalera mecánica. De pronto me choque con un señor que no había visto, el subte comenzó lentamente a avanzar y por obra del destino, Dios o algún otro ser divino mire hacia el vagón. Mis ojos se conectaron con sus ojos, era Jorge. Habíamos viajado en la misma formación y ni siquiera nos habíamos cruzado. El se paro, yo me quede congelada, no podía creerlo. El subte aumento su velocidad, en lo que parecía desesperación, el se pego a la ventanilla y yo me quede viendo como se alejaba una vez más. Baje la cabeza y empecé a llorar, me recompuse y fui a mi trabajo, como todos los días, como si nada de todo eso hubiese pasado.

Cuando llegue al departamento que compartía con la Turca, encontré una nota de ella. "Vuelvo MUY tarde, no te preocupes y no me esperes despierta, te quiero ♥".

Ayy Turca, no cambias más ajajaj- Dije con una pequeña risita.

Me puse el pijama, me calenté una taza con sopa y me fui a mi pieza.

No podía parar de pensar en el encuentro que había tenido más temprano. Una lagrima cayo sobre mi mejilla y de pronto sonó el timbre. Deje la taza en la cocina y fui a abrir. Me quede pasmada.

-Hola Clara...- Dijo Jorge parado en el umbral de la puerta.


-Amor mío-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora