Capitulo Treintaiuno: Desilusión

793 45 10
                                    

El mismo día que a Julia le daban el alta pero por la tarde Jorge se reunía con Alicia en un bar. No me gustaba la idea pero él me había dicho que era para discutir cosas del divorcio, todavía ese tema no estaba del todo resuelto y ambos queríamos liquidarlo.

Después de dejar a Julia en el convento y de almorzar con las hermanas decidí ir al centro de la ciudad a comprar unas cosas que necesitaba Julia. La búsqueda me tomo más de lo esperado, a las dos horas y media tenía todo lo necesitaba. Me acerque nuevamente al convento, le deje las cosas a Julia y me despedí.

Pase por un locutorio a cargar el abono para el transporte público pero resulto que no tenía sistema.

-Señora si quiere puede probar el kiosko de acá dos cuadras por la avenida, tengo entendido que carga también.

-Ah bueno gracias, buenas tardes.

Salí por la puerta y comencé a caminar, llegue y para mi suerte si funcionaba el sistema y pude realizar la cargar, en la esquina de la avenida doble a la derecha para ir a la parada del colectivo que me dejaba a media cuadra de casa. Llegue a la esquina de la parada y como el colectivo tardaba me puse a observar sin importancia lo que sucedía a mi alrededor. Mi colectivo se acercaba.

Una señora se acercó y me consulto sobre un colectivo me di vuelta para contestarle.

-Perdón el ramal que va a retiro pasa por aquí?- Me pregunto amablemente.

-Si señora, pa...sa.- Y los vi a unos cinco metros de distancia, me colectivo estaba a menos de una cuadra.- Jorge?- Dije para mis adentros. Parecía como si se estuvieran despidiendo y de pronto una puntada recorrió mi pecho. Alicia se acercó y lo beso.-JORGE!?- Grite conteniendo las lágrimas. Alarmados se separaron y sus ojos se cruzaron con los míos, vino corriendo. Alicia me miraba con una sonrisa maliciosa.

-NO ES LO QUE PARECE CLARA, POR FAVOR.-Me decía desesperado, mientras tomaba mi brazo.

-No me toques.- Le dije secamente mientras una lagrima caía por mi mejilla y el colectivo frenaba en la esquina. Sin más rodeos y sin mirar atrás me subí.

Encontré un asiento libre y la desilusión resulto incontenible. Comencé a llorar, sin que me importara lo que pensara el resto de los pasajeros.

Llegue a la casa y él estaba esperándome. Le tire las llaves.

-Quedatelas- Dije secamente y fui a la planta alta, tome mi bolso y empecé a poner mis cosas, Jorge me seguía.

-Amor por favor, ella me beso. Por favor créeme. Habíamos llegado a un acuerdo, me estaba yendo y me beso. Por favor no hagas esto.

-No me importa lo que hicieron, lo que no hicieron. Ya esta.-Conteste enfurecida y seguí poniendo mis cosas dentro del bolso. Lo cerré y para concluir le dije al borde del llanto.- Sabes que es lo peor de todo? Que esto ya me paso... Ya fui la segunda. Y me prometí a mí misma nunca más volver a serlo. Me negué lo que sentía, me esforcé por no caer en la tentación de pensar que por una vez en mi vida NO IBA A TENER QUE COMPARTIRTE. Pero no, vuelve a estar en el medio esa...-Sentía que iba a explotar si no decía todo lo que me pasaba- esa mujer.

Fui al baño y tome las pocas cosas que quedaban. Jorge me siguió y cerró la puerta después de entrar.

-CORRETE Y DEJAME SALIR- Le gruñí realmente enojada.

-NO. VOS DE ACA NO TE VAS.-Me contesto, tomo mi cara con sus manos y me beso. Yo me resistí, no quería ceder, estaba enojada y herida. Logre separarme y le deje marcados los cinco dedos de mi mano en la mejilla.

-TE CORRES.-Le dije desafiándolo.

-Puedo seguir así todo el día Anselmo. Vos no te vas hasta que entiendas que te elijo solo a vos todos los días de mi vida.- Dijo, me tomo por los brazos, me beso y me metió en la ducha.

Me tenía acorralada, el agua comenzó a caer y a empaparnos. Ya no podía luchar, ya no quería luchar. Me rendí ante su beso. Me ate a su cuello y el con una maniobra me quito la blusa al mismo tiempo que me alzaba.

El aire se colmó de vapor y de pasión mientras nosotros nos perdíamos el uno en el otro.

-Amor mío-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora