Capitulo Cincuenta y nueve: Hasta que la muerte nos separe (Parte 2)

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POV: TERCERA PERSONA.

Clara entro del brazo de Tomas, se veía radiante. Su vestido blanco, con una cola de dos metros tenia mangas hasta los codos, tanto en su escote como en las terminaciones de las mangas tenia bordados en puntilla. Su panza sobresalía haciéndose notar, su cabello apenas recogido dejaba sobre sus hombros unos bucles y un delicado velo blanco caía sobre su espalda. Con un ramo de rosas blancas caminaba hacia Jorge, ambos con enormes sonrisas se miraban a los ojos. Eran los únicos en el mundo, nada ni nadie más importaban, solo el profundo e infinito amor sentían el uno por el otro.

Clara llego hasta Jorge y el tomo su mano para ambos era demasiado difícil poder contener las lágrimas, que claro eran de la más pura felicidad. Después de tanto tiempo separados, después de idas y vueltas, después de gritos y llanto, después de accidentes y de sufrimientos, por fin después de tanto podían ser felices, juntos.

Unidos miraron hacia adelante donde los esperaba el obispo para unirlos en santo matrimonio. A los costados Julia y Tomas estaban abrazados, la panza de Juli parecía explotar. La Turca por fin podía ver a sus mejores amigos juntos como debería haber sido desde el principio, y las monjitas no paraban de llorar de emoción.

El obispo comenzó con el rito del matrimonio.

-Queridos amigos, ustedes han venido a esta Iglesia para que el Señor selle y fortalezca su amor en presencia del ministro de la Iglesia y de esta comunidad. Cristo bendice abundantemente este amor. El los ha consagrado a ustedes en el bautismo y ahora los enriquece y los fortalece por medio de un sacramento especial para que ustedes asuman las responsabilidades del matrimonio en fidelidad mutua y perdurable. Así, en la presencia de la Iglesia, les pido que digan sus intenciones. Clara y Jorge , ¿Han venido aquí libremente sin reservas para darse uno al otro en matrimonio?

-Si.-Respondieron ambos.

-¿Se amarán y se honrarán uno al otro como marido y mujer por el resto de sus vidas?- Pregunto el obispo.

-Si.-Respondieron.

-¿Aceptarán a los hijos que Dios les manda y los educarán de acuerdo con la ley de Cristo y de su Iglesia?-Pregunto el obispo mirando la panza de Clara. Todos rieron.

-Si.-Respondieron ambos, ya las lágrimas eran incontenibles, Clara acariciaba su panza. Nicolás pateaba.

-Jorge Andrés Correa ¿Aceptas a Clara Anselmo como tu esposa? ¿Prometes serle fiel en lo próspero y en lo adverso, en la salud y en la enfermedad, amarla y respetarla todos los días de tu vida?.-Concluyo el obispo.

-Si acepto.-Dijo Jorge mirando a su esposa a los ojos.

-Clara Anselmo ¿Aceptas a Jorge Andrés Correa como tu esposo? ¿Prometes serle fiel en lo próspero y en lo adverso, en la salud y en la enfermedad, amarlo y respetarlo todos los días de tu vida?-Le pregunto el obispo a la novia.

-Si acepto.-Contesto entre lágrimas Clara mirando al amor de su vida a los ojos.

-Ustedes han declarado su consentimiento ante la Iglesia. Que el Señor en su bondad fortalezca su consentimiento para llenarlos a ambos de bendiciones. Lo que Dios ha unido, el hombre no debe separarlo.-Continuo el obispo.

-Amén.-Recitaron todos los presentes.

-Que el Señor bendiga estos anillos que se han dado el uno al otro como signo de su amor y fidelidad.

-Amén.

-Señor, bendice estos anillos que nosotros bendecimos en tu nombre. Concede a los que los usen que siempre tenga fe profunda del uno al otro. Que hagan tu voluntad y siempre vivan unidos en paz, buena voluntad y amor. Te lo pedimos por Cristo Nuestro Señor.

- Amén.

-Señor, bendice y consagra a Clara y a Jorge en su amor entre sí. Que estos anillos sean un símbolo de fe verdadera entre ellos, y recuérdales siempre de su amor. Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.

-Amén.

-Clara, recibe este anillo como signo de mi amor y de mi fidelidad. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.-Decía Jorge mientras colocaba el anillo en el dedo anular de su esposa y besaba su mano.-Te amo.

-Jorge, acepta este anillo como signo de mi amor y de mi fidelidad. En el nombre del padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.-Dijo Clara y coloco el anillo en el dedo anular de Jorge.

-Por el poder que me confiere el Señor los declaro unidos en matrimonio, puede besar a la novia.-Finalizo la ceremonia religiosa el obispo con una gran sonrisa en su rostro.

Jorge tomo el rostro de su esposa entre sus manos para darle el más hermoso y delicado de los besos, luego unieron sus frentes y compartieron un abrazo. Los invitados aplaudían y festejaban esta unión. Juntos, tomados de la mano caminaron hacia el mundo.

-Amor mío-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora