-Amor mío-

Capitulo Cincuenta y nueve: Hasta que la muerte nos separe (Parte 1)

POV: TERCERA PERSONA

CUATRO MESES DESPUES.

Unidos ante la ley Jorge y Clara se encontraban espacialmente separados. La ceremonia civil había sido un éxito, sencilla y hermosa. La novia estaba radiante con su panza de seis meses y el novio se sentía el hombre más afortunado del mundo.

A las 22.00 pm del 24 de Julio el celular de Clara sonó, ella se estaba quedando a dormir de su mejor amiga, tomo su celular de la mesa de luz y leyó el mensaje.

"Sra. De Correa sepa que me sobra lugar en la cama sin usted... no veo la hora para volver a verla. Como esta mi hijo?"

Clara acostada en la cama soltó una risita y contesto el mensaje.

"Su hijo y yo extrañamos sus abrazos, hace frio. Patea como loco, no es el único nervioso."

Su celular volvió a sonar, Clara dejo el té que estaba tomando y abrió el mensaje.

"Como decían las hermanas? Tilo para los nervios? Buenas noches, te amo."

Al leer este mensaje Clara miro su taza que contenía te de tilo.

"Me voy a casar con un Psíquico? Buenas noches, yo más."

Dejo su celular en la mesa y apago la luz. Su celular volvió a sonar, recostada y tapada hasta la cara lo reviso.

"Error usted ya se casó con un psíquico y nunca va a amar más que quien le habla que le gano al mismísimo Dios al robarse a la monjita más linda del convento."

Con una sonrisa en el rostro se durmió.

Luego de estar las tradicionales últimas veinticuatro horas separados a las 11.00 am del sábado 25 de Julio era el momento de casarse ante los ojos de Dios. Jorge se había encargado de todos los trámites necesarios para que la celebración se pudiese llevar a cabo. La parroquia del convento Santa Rosa ya estaba con todos sus invitados dentro. La Turca seria la testigo de Clara y Pedro, ya siendo mayor de edad, de su padre. Todos estaban presentes, las monjas, los amigos de Pedro del colegio, el obispo, sus familiares.

Las puertas de la parroquia se abrieron y sus ojos se conectaron tal y como la primera vez.